Durante los años 60 en México se vivió un apogeo de bares y cafés “existencialistas”, donde la música de rock y jazz sonaba a gran volumen. Las autoridades realizaron continuas redadas a estos lugares, cuyo público solía ser jóvenes con inclinaciones artísticas. Se decía que los responsables de incitar a este fenómeno social eran dos franceses de nombre Jean Paul Sartre y Albert Camus.
El existencialismo es la corriente de pensamiento que aboga porque la “existencia” precede a la “esencia”. Esto contraviene los principios de la filosofía griega y de la religión en donde la “esencia (el ser) o dios” antecede a la “existencia”. Para los existencialistas, nada (ningún “ser superior” o “naturaleza”) define a la persona, es la persona la que se define a sí misma.
¿Qué eran las redadas existencialistas?
Por lo que sabemos el miércoles 27 de enero de 1965, en la ciudad de México la Policía Judicial, encabezada por Fernando Romero, realizó una redada en cuatro “cafés existencialistas” llamados “Ego”, “El Sótano”, “La Telaraña” y “El quinqué”. El saldo fueron 28 detenidos, entre las edades de 14 a 26 años.
Todo indica que el motivo de la redada se debía al alto volumen de la música en los inmuebles. Una vez adentro las autoridades encontraron pinturas improvisadas en las paredes, acompañadas de frases que en su momento consideraron “inmorales”.
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Con respecto a este último punto, el artículo “La era dorada de la psicodelia mexicana” de Eduardo Medina para “Vice” nos permite saber que esta clase de establecimientos eran considerados “promotores de ruido” a la vez que “un peligro para la sociedad”, “una rebelión sin causa”, además de “centros de perversión” y “cuarteles malévolos”.
Se dice que al ritmo de la música, la asistencia solía fumar, beber y bailar, en algunos círculos incluso dialogaban sobre temas relacionados a la filosofía y literatura.
¿Qué es el existencialismo (ateo)? Representantes y obras
De acuerdo a “El existencialismo es un humanismo” de Jean Paul Sartre, libro publicado en 1946, hay distintas clases de existencialismo y la palabra es tan ampliamente usada que carece de un único significado.
La doctrina se podría dividir en dos aristas, apunta Sartre, en existencialismo católico y en existencialismo ateo. En la primera línea se encuentran autores como Karl Jaspers y Gabriel Marcel. En la segunda línea, Sartre se coloca a sí mismo.
El existencialismo ateo sostiene que la persona nace siendo “nada”, es decir, carece de una naturaleza o destino que le defina, por el contrario, forjar su identidad es su entera responsabilidad. En palabras de Sartre: “el hombre es lo que él se hace”.
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Otro autor de la misma corriente de pensamiento fue Albert Camus, la pluma detrás de las novelas breves “El extranjero (1942)” y “La caída (1956)”.
“El extranjero” es la historia de Meursault, un hombre dominado por la parsimonía, hasta que llega un punto que para “sentir algo” comete un asesinato.
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En “La caída” un abogado una vez próspero le cuenta a un extraño en un bar cómo su vida se vino cuesta abajo, después de presenciar el suicidio de una joven y no hacer nada por ayudarla.
Al parecer en los años 60, en la ciudad de México, quienes asistían a los cafés existencialistas corrían el riesgo de ser capturados por la policía, cigarro en boca, cerveza en mano, mientras escuchaban música y posiblemente discutían sobre las obras de Camus y Sartre.