Para el escritor Fernando Vega y Gómez, Tampico aún es muy joven para contar con un estilo o una escuela literaria porteña que la distinga. Sin embargo, afirmó que sí existen obras y autores locales que han logrado destacar a nivel nacional e internacional al capturar una esencia de la ciudad en sus libros.
“Algunas cosas de color local vienen en algunos cuentos y novelas, pero básicamente no tenemos -un estilo-. Y aquí es donde vuelvo a hacer la aclaración, no me gusta ser ofensivo, pero no tenemos un algo que nos caracterice”.
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Vega y Gómez, nacido en Tampico en 1949, destacó el trabajo literario de autores como:
- Arturo Castillo Alva
- Gloria Gómez Guzmán
- Gloria Riestra
- Carmen Alardín
- Orlando Ortiz
- María Luisa Govela
“Todos ellos, sin excepción, tienen el color local. En algún poema, en algún cuento, en alguna novela, se siente el color local, independientemente de que si lo quisieron poner el color local o si no lo quisieron poner; en ese sentido sí podríamos hablar de una literatura tampiqueña, ahí sí”.
Contrapuso a estos autores porteños con autores como Jack London o B. Traven, extranjeros que llegaron a escribir sobre la ciudad aunque, afirmó, está ausente esa esencia tampiqueña.
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“No imagino a London escribiendo que uno de sus personajes se comió una torta de la barra -no existían todavía, ni siquiera-. Bueno, ahí tiene usted el asunto de Tampico, somos una ciudad nueva.
Sí, somos 200 años ya, pero somos una ciudad nueva, ¿qué podemos hacer con una ciudad como México que fue fundada en 1325, que tiene una calle que desde 1325 ha estado en uso, la calle Tacuba, ¿que podemos hablar de aquí de eso?”.
Cecilia Sanz y Ana Elena Díaz Alejo: figuras formativas
Vega y Gómez destacó a dos figuras como fundamentales para el desarrollo de la literatura en Tampico. La primera: Cecilia Sanz de Riudara, médica y docente que llegó a Tampico en 1939 durante el exilio republicano, y que fue una entusiasta promotora cultural.
“Yo siempre he dicho que nosotros tuvimos mucha suerte cuando llegó la doctora Riudara aquí como refugiada. Como si nos regalaran mil millones de pesos para repartírnoslo entre todos”, dijo el maestro de arte y escritura en la galería Project Art.
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Y agregó: “Ella ya venía muy formada, culturalmente era una mujer muy preparada, y de repente ella se puso a hacer los trabajos de Hércules. Hizo teatro, empezó a publicar, empezó a dar talleres y todo eso, ella fue de las pioneras”.
La segunda figura que resaltó el autor del libro de cuentos “Clic-clic” fue la investigadora y ensayista tampiqueña Ana Elena Díaz Alejo.
“Ana Elena destaca en muchas cosas, vamos a decir que si todos los de Tampico estamos en el número diez, de una calificación de escritores, Ana Elena está en el 10 plus.
Es una mujer que se sabe el siglo XIX mexicano al revés y al derecho y da talleres (...), quienes asisten están reciben enseñanza de calidad”.
En ese sentido, el también artista plástico recalcó la labor de los escritores y escritoras para brindar talleres literarios, espacios en el que las personas que desean incursionar en la escritura pueden recibir una instrucción, misma que no se encuentra fácilmente disponible en la zona sur.
“El taller te permite descubrir si tienes esa cualidad de escribir. Si no tienes esa cualidad, porque a mi no me gusta mentir, tienes la otra cualidad, de que vas a aprender.
Y lo vas a aprender muchas veces de personas que tenemos todo el bagaje ahí y todo te lo voy a dar en una cápsula, También eso es admirable de nuestros autores de aquí de Tampico”.
Falta de lectores, una dificultad a remontar
Refirió que siempre será un problema la falta de un público, así como la ausencia de iniciativas para que el número de lectores en la ciudad incremente.
“Solo 300 personas en México leemos poesía, y aquí en Tampico si el centenar que leemos somos los mismos que escribimos, estamos ahí los 100 de siempre. Cuando hay un evento de tipo literario, casi que los puedes reconocer a todos, ahí está Fernando, ahí está María Luisa”.
“Busquen en su computadora el ‘Decálogo del lector’. Y ese decálogo del lector les va a quitar muchas telarañas que tiene la gente que les han dicho, que si compras un libro lo tienes que leer de la “p” a la “pa”, no es cierto, si en la segunda página ya no te gusto deja el libro, cómprate otro, no hay problema.
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Y si te gusta subrayar un párrafo y gustas repetirlo cada cinco minutos, hazlo, el libro es libertad: entonces hay que acercarse a los libros y si te acercas a un autor local mejor todavía”.
