Las narraciones recopiladas bajo el nombre de “Las mil y una noches” representan una de las obras de literatura más importantes a nivel mundial. Su protagonista, Sherezade, se ve obligada a relatar, desde el crepúsculo hasta el amanecer, una historia capaz de capturar la atención del rey o, de lo contrario, va a morir asesinada. Su único poder son las palabras.
El inicio y el desarrollo de la tragedia
Todo comienza con el rey de Samarcanda Al-Ajam, de nombre Schahzaman, quien al descubrir la infidelidad de su esposa cunde al desánimo, abandona su hogar y viaja hasta los territorios dominados por su hermano, el rey Schahriar, en Sassan. Cuando llega allí, su estado es de tristeza y de abandono. Sin embargo, pronto recobra el ánimo.
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Un día, sin proponérselo, Schahzaman descubre también a la esposa de su hermano manteniendo relaciones sexuales con un esclavo. Consternado por el encuentro, Schahzaman comprende que no es el único hombre al que una mujer ha engañado y así se lo comunica a su hermano. El rey Schahriar, contrariado por la nueva información, decapita a su esposa.
Furioso por la traición, Schahriar concluye que todas las mujeres son seres desleales, cuya conducta se rige por la pasión. Incapaz de albergar sentimientos de nobleza, el rey decide casarse cada noche con una joven distinta y asesinarla al día siguiente. Bajo su criterio, esa es la única manera de garantizar la virtud de su matrimonio.
El reino cunde ante el terror, durante tres años consecutivos, todas las jóvenes, sin distinción de clases, son llevadas ante el rey, quien las desposa primero, a continuación yace junto a ellas y después les manda a cortar la cabeza. El visir, mano derecha del monarca, tiene la obligación de encontrar cada día a una mujer distinta, quien será primero reina y luego víctima.
El visir, a punto de una crisis de nervios, recibe la ayuda de su hija mayor, Sherezade. Ella le asegura poder calmar la ira del rey y ser ella quien marque el final de la tragedia. Su padre incrédulo ante las palabras, consciente el matrimonio por obligación.
El encanto de la inteligencia
Sherezade se prepara para la ceremonia, pero antes de ser llevada ante el rey, le pide a su hermana Doniazada un favor. Ella debe pedir, enfrente del monarca, que Sherezade cuente una historia para entretenimiento de todos los invitados de palacio. Su hermana escucha y acata la orden. Entonces, en la noche de bodas, Sherezade comienza a relatar un cuento.
La narración de la joven es tan interesante que todos los presentes la escuchan con atención hasta el amanecer, momento en que ella guarda silencio. El rey, curioso por conocer el desenlace de esa historia y el inicio de otros relatos, decide perdonar la vida a Sherezade para estupefacción de todos.
Durante mil y una noches, Sherezade realiza el mismo acto: seduce con sus palabras al rey, quien posterga su sentencia de muerte para el siguiente día. No obstante, llega un momento en que la joven, ahora reina de Sassan y madre de los hijos del rey, se cansa de la situación y así se lo comunica a su marido. Schahriar, enamorado de ella, decide ser feliz a su lado.
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Advertencia para el lector
Bajo ninguna interpretación, sugerimos la conducta de Sherezade. No creemos que sea responsabilidad de ninguna persona solucionar los traumas de alguien más. El libro “Las Mil y una noches” de autor Anónimo, es un compendio de ficción, pero no es un manual de conducta.
Sherezade fue un personaje inteligente (dotado también de una imprudencia temeraria), pues intuyó desde un inicio que solo el poder de la literatura, el encanto de las palabras, podría distraer la mente del rey de sus pensamientos de odio y de venganza. Esta es la historia central de “Las mil y una noches”. ¿Cuál es tu opinión? ¿Qué opinas de la protagonista?
