Las bibliotecas son lugares que no sólo resguardan conocimiento, también pueden considerarse espacios de diversión y esparcimiento, siempre que se realicen actividades que fomenten el aprendizaje de manera atractiva y dinámica para quienes las visitan.
En este sentido, existen distintas estrategias para que niños y jóvenes se acerquen a estos espacios que pueden encontrarse en las mismas instituciones educativas donde viven su etapa formativa.
"La biblioteca tiene vida, en el sentido de que pueden jugar, teniendo material para armar rompecabezas, ver películas y documentales, y trabajar, por ejemplo, en los talleres", compartió Esperanza Guevara Meza, conocida por fomentar el hábito de la lectura en diversos aspectos.
El primer acercamiento a la lectura
Guevara Meza, quien fue la encargada de la ludoteca del Instituto Cultural Tampico, detalla que los niños aprenden a leer a través de imágenes, por lo que se deben incluir otras actividades que les permitan desarrollar su comprensión lectora.
"Yo los recibía, los acercaba a la lectura a través de los cuentos que narraba y, después de eso, trataba de tener con ellos una interacción donde reflexionaban y daban su punto de vista", destacó.
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La docente también explicó que, en su labor para que los jóvenes aprendieran a leer, añadía ejercicios que los invitaban a despertar su creatividad e imaginación.
"Lo trabajaba haciendo algo en base al personaje principal de la historia; por ejemplo, un juego o una manualidad, porque la lectura en una biblioteca no sólo es que vayan y se acerquen al libro", anotó.
La importancia de incluir lo visto en el salón de clases
Tomando en cuenta que una biblioteca también forma parte de una institución, Esperanza compartió que realizaba iniciativas que incluían temas vistos en el salón de clases.
"Se pueden hacer diferentes clubes de lectura donde los niños pueden participar y comentar un libro que les encantó, un párrafo especial de un libro o algo que aprendieron de la historia".
Otra de las propuestas que ella recomienda son los talleres de escritura creativa. Para concretar esta idea, se pueden utilizar diez palabras clave con las que los niños pueden desarrollar su propia historia.
Dentro de las estrategias también se encuentra la narración de cuentos, donde el tema central se relaciona con las materias de las clases regulares.
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"Buscaba un cuento y lo relacionaba con el tema que estaban viendo en el salón y ya de ahí empezaba mi dinámica contando la historia, mientras los niños la iban reflexionando", aseguró.
Se ayudará diferentes temas
Cabe mencionar que, para desarrollar estas y otras actividades, se debe considerar la edad y el desarrollo de los más jóvenes.
En este sentido, Beatriz Durán mencionó que el tendedero de libros es una herramienta que ayuda a los niños y niñas a seleccionar textos de acuerdo a sus capacidades.
"Hay mucha literatura, sobre todo poesía, orientada para niños y niñas, como la de Federico García Lorca. Incluso Gorostiza tiene una de canciones para cantar en las barcas, que son poemas; no son propiamente infantiles, pero un niño sí puede leerlos", aseguró la mediadora de sala de lecturas.
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Ella detalló que estos procesos ayudarán a que los jóvenes tengan un mayor acercamiento a libros más complejos, sobre todo a medida que avancen en su etapa formativa.
“Todos estos textos de historia y biología llegan un poco más grandes. Entonces, ya tienes el entrenamiento de haber leído un poco antes literatura. Porque las bibliotecas no son sólo literatura; son ciencia, arte y muchas otras cosas”, mencionó.