De pronto los instrumentos comenzaron a escucharse desde lo alto de la azotea Apple Corps, en Londres, la miradas buscaban confundidas y las voces fácilmente identificadas.
Era jueves 30 de enero de 1969, cuando The Beatles realizaba al mediodía de un ventoso y frío día londinense el llamado Concierto en la Azotea, el último de su revolucionaria carrera.
No había celulares grabando ni transmisiones en vivo, pero el hecho fue de tanta trascendencia que a más de medio siglo sigue sonando en la memoria del mundo.
Los integrantes del cuarto estaban hundidos en conflictos personales y desinterés por mantener el éxito de The Beatles por lo que a tres años de ausencia se volvían a reunir para el disco y documental Let it be.
Las ideas para el concierto de cierre del documental iban desde escenarios emblemáticos, desérticos o en el mar, pero al final se decidió que sería en la azotea.
Mientras George se negaba a subir John quería que fueran 14 temas los incluidos en la “play list”, en un ejercicio que replicaba un concierto en azotea realizando dos meses antes por Jefferson Airplane en Estados Unido, el que no tuvo mayor trascendencia.
Se dio el primer acorde y la música invadió las calles de Londres, los Beattles acompañados en el teclado por Billy Preston daban inicio al fin.
Era la hora del almuerzo y cámaras de video grababan el momento para el documental, dejando asentados los rostros de quienes se detenían en las calles, subían a sus tejados y trataban de llenar sus ojos y oídos con la música de los grandes.
Quedó grabado desde el error de John en “Dont let me down” al olvidar la letra y algunas modificaciones hechas por Paul a “Get Back” con la que abrieron y cerraron el concierto o la frase “You’ve been playing on the roof again...”.
Interpretaron temas como “Get Back”, “Dont Let Me Down”, “I’ve Got a Feeling”, “One After 909”, “Dig a Pony”, “God Save the Queen” y “I want you”, algunas no incluidas en el documental, con los que decían hasta siempre a la escena musical como agrupación, quizá la más grande y creativa de todos los tiempos.
La música de ese último concierto duró uno 43 minutos, hasta que la policía por quejas de ciudadanos pidió lo pararan, sin duda hoy la frase sería “I wish they went back to the roof” y volver a escuchar, aunque sea un tema de The Beatles desde el tejado.