Emiliano Zapata Salazar nació el viernes 8 de agosto de 1879, en Anenecuilco, Morelos y falleció casi 40 años más tarde, el jueves 10 de abril de 1919, en la Hacienda Chinameca, en el mismo estado. Considerado caudillo del movimiento revolucionario, fue asesinado a traición. Esta es la historia del hombre que decía “la tierra es de quien la trabaja”.
En noviembre de 1910, estalló la Revolución Mexicana, un cambio social y político con diversos frentes abiertos. Por una parte, se buscaba destituir a Porfirio Díaz de la presidencia; al tiempo que se pugnaba por una reforma agraria y se pretendía mejorar la calidad de vida de los sectores sociales menos favorecidos.
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Nuestra historia comienza con Pablo Torres Burgos
Gracias a los portales de la Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (Inehrm), sabemos la siguiente información:
En 1910, Pablo Torres Burgos tenía aproximadamente 32 años, le interesaba el movimiento agrario y conocía a un joven que, como él, buscaba la expropiación y repartición de las tierras de las haciendas privadas de Morelos; por lo cual lo invitó a reuniones secretas donde se tramaba un movimiento armado en contra de Díaz.
Así fue como Emiliano Zapata se unió a las fuerzas revolucionarias y el 10 de marzo de 1911, en Villa de Ayala, a caballo, él y otros hombres se levantaron en armas con Torres Burgos a la cabeza. Quien moriría tan solo 13 días después, dejando a Zapata al frente del movimiento.
Se rompen lazos con Francisco I. Madero; surge el Plan de Ayala
Zapata tomó el control de Cuernavaca el 23 de mayo de 1911. Cuando Francisco I. Madero, líder del movimiento revolucionario, le solicita bajar las armas y dispersar las tropas, Zapata accede y solicita la entrega de las tierras. Madero confirma la petición, sin embargo, el ejército mexicano trata de socavar a las tropas de Zapata.
La ruptura de relaciones da pie a la promulgación del plan de Ayala, donde se establece, entre otras, la siguiente medida: La tierra de las haciendas sería entregada de vuelta a los campesinos que presenten el correspondiente título de propiedad (muchas veces de tipo comunal).
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Caos político y muerte a mansalva
Tras la muerte de Francisco I. Madero, Zapata desconoce a Victoriano Huerta como presidente en 1913. En diciembre de 1914, se alía con Francisco Villa para luchar contra Venustiano Carranza, quien pretendía volverse presidente de la nación.
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Aunque entre 1915 y 1916, Emiliano Zapata logró establecer algunos principios del Plan de Ayala en Morelos, en 1919, va a encontrar la muerte en la Hacienda Chimalapa, después de ser traicionado por Jesús Guajardo, quien respondía a las órdenes de Pablo González y este a su vez de Venustiano Carranza, quien desde el 1 de mayo de 1917, ocupaba la silla del águila.