Del 2004 al 2012, un drama médico generó gran interés entre la audiencia. La figura principal era Gregory House, un brillante doctor, con tendencias adictivas al vicodin, quien se dedicaba casi exclusivamente a tratar a pacientes cuyo cuadro médico fuese “extraño”. ¿Qué opina el público y la crítica de los métodos poco ortodoxos que caracterizaban al personaje?
Después de ocho temporadas y un total de 177 episodios, de duración aproximada de 44 minutos cada uno, parte de la audiencia encontró el hilo conductor del programa: la representación de la debacle de alguien con problemas de consumo de sustancias. Al parecer, el Dr. House tenía la capacidad de salvar a sus pacientes, a pesar de mostrar él mismo una conducta autodestructiva.
¿Semejanzas con Sherlock Holmes?
A menudo se entabla una relación de comparación entre “Sherlock Holmes” (creado por Arthur Conan Doyle) y “Dr. House”: el primero era asiduo a la cocaína, el segundo a los analgésicos. En ambos casos, la mente de los protagonistas utilizaba el método deductivo para llegar a la solución de un enigma, ya fuese de índole policíaco (Holmes) o relacionado a la salud (House).
Aunado a lo anterior, los dos hombres tenían un mejor amigo que reconocía tanto sus virtudes, como censuraba (en mayor o menor medida) sus defectos de carácter. Holmes tenía a su lado al doctor de la milicia británico John H. Watson, en tanto que House contaba con el apoyo del oncólogo James Wilson.
¿Qué dice la crítica y el público?
En el portal de Rotten Tomatoes la crítica especializada otorgó a la primera temporada de la serie, escrita parcialmente por David Shore, una nota del 80 % a su favor. La quinta temporada obtuvo un 100%; la sexta descendió a un 83% y la temporada final se posicionó en un 60 %.
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La audiencia del sitio enfocado en entretenimiento concedió una puntuación promedio al programa de 96%.
Kelly Lawler de “USA Today” comentó en su momento “El papel de Hugh Laurie como un médico misántropo y bromista que lucha contra la adicción se ha convertido en un papel icónico”.
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John Cloud de “Times Magazine” indicó: “El programa ofrece algo que no se encuentra en ningún otro lugar: un científico loco y triste que casi con certeza no es una buena persona”.
Aunque Maureen Ryan de “Chicago Tribune” apuntó “El show ha establecido estándares increíblemente altos”, no todos estuvieron de acuerdo. Por ejemplo, Tim Goodman de “San Francisco Chronicle” sostuvo: “es un espectáculo mediocre”.
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El capítulo piloto de “Dr. House” llevó por nombre “Todo el mundo miente”; el episodio de cierre se título “Todo el mundo muere”. Quien desee adentrarse al universo de una mente compleja, quizás pueda disfrutar de un maratón de la serie para descubrir los beneficios y las consecuencias que implica “romper las reglas” en el Hospital Universitario Princeton-Plainsboro.