El terror es una de las emociones más cautivantes en el ser humano. Por mucho tiempo hemos sentido fascinación por el miedo y el cine de terror se ha convertido en un reflejo de esa atracción y demanda por parte de la sociedad.
Como por ejemplo, la película "El Exorcista" en 1973 se convirtió en la película de terror más taquillera de la historia hasta la fecha, de este género.
Este tipo de películas no sólo cautivan a grandes audiencias, sino también exploran las profundidades de nuestros temores más intensos. Comprender cómo el terror afecta nuestra mente es esencial para descubrir los límites de nuestra resistencia psicológica y analizar cómo la cultura moderna utiliza esta emoción para provocar y cautivar al espectador.
En esta ocasión la psicóloga Karina Rodríguez nos adentró en el impacto que provoca el terror en nuestra mente y organismo, para lograr entender por qué a algunas personas les gusta atravesar más este proceso mientras que otras no lo disfrutan tanto.
El maestro en Comunicación de la Ciencia y la Cultura, Héctor González Viveros nos hablará sobre las películas de terror más importantes de la historia.
El impacto del terror en nuestra mente
Detrás de un pequeño brinco o grito por un susto provocado por una escena de terror, hay un abanico de procesos psicológicos que se activan en nuestro cuerpo, los cuales provienen del sistema nervioso simpático; según la psicóloga Karina Rodríguez, éste es el encargado de preparar al cuerpo para responder a situaciones de estrés o de peligro, en donde se liberan hormonas como el cortisol, la dopamina y la adrenalina.
"Estas hormonas tienen funciones relacionadas a la regulación del estrés, a la sensación de placer y a las reacciones de lucha o huida ante situaciones intensas", agregó Rodríguez.
Al experimentar miedo en nuestro organismo se activa también el sistema límbico, que es el que ayuda a regular nuestra conducta y la forma de reaccionar física y emocionalmente.
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‘"Por un lado puede ayudar a aliviar el estrés al utilizar el miedo como válvula de escape y a desarrollar también una capacidad de adaptación al miedo, o a experimentar en mayor medida sensaciones de ansiedad al incrementar los niveles de estrés", añadió Rodríguez.
El ser humano, al enfrentarse a temores a través de la ficción incrementa sus niveles de estrés y puede ocasionar una desregulación y alteración de cortisol y adrenalina en el organismo.
"La consecuencia es que desencadena un proceso inflamatorio y a su vez, respuestas fisiológicas tales como el aumento de la frecuencia cardiaca, el aumento de la presión arterial, dificultades con la respiración, dolores de cabeza, dolores gastrointestinales, tensión muscular, ansiedad, agotamiento, ataques de pánico, irritabilidad, entre otros", comentó la psicóloga.
¿Por qué hay quienes lo evitan?
Para algunos, ver películas de terror resulta placentero y satisfactorio, ya que, según la psicóloga Karina Rodríguez, "obtienen una experiencia de recompensa que incluye la superación de una amenaza" generando una especie de euforia y alivio al finalizar la película".
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Sin embargo, hay quienes son propensos a la ansiedad y tienen una sensibilidad elevada a los estímulos, lo que dificulta la regulación de sus emociones en situaciones estresantes. Para estas personas, según Rodríguez, "las imágenes perturbadoras pueden tener efectos negativos tales como trastornos de sueño, pesadillas o incrementar la ansiedad".
El impacto de las experiencias
En algunas situaciones, "al exponerse a niveles altos de angustia o miedo, se puede detonar el estrés postraumático en personas que han sufrido traumas en su infancia," según la psicóloga, debido a que las películas de terror pueden provocar respuestas de activación, como ataques de pánico o crisis de ansiedad.
Sin embargo, diversas investigaciones indican que los sistemas neuronales que se activan al ver este tipo de películas desarrollan una interacción compleja y dinámica en la actividad cerebral, lo cual, como señala Rodríguez, "puede resultar de beneficio para evaluar las situaciones de amenaza y vigilia, permitiendo superar traumas del pasado que persisten a nivel inconsciente mediante el recurso de enfrentar los propios miedos".
Los clásicos de terror más influyentes
Este género cinematográfico está lleno de personajes icónicos e inolvidables que han marcado desde la infancia hasta la adultez a cualquier persona que disfruta de ver películas.
Desde sus inicios ha traído a la cultura popular a figuras que quedaron plasmadas para siempre durante esta temporada de Halloween, como el Monstruo de Frankenstein en la película de 1931 y Drácula o también conocido como ‘"Nosferatu" en el filme de 1922, pero hablando más contemporáneamente, también han dejado gran impacto personajes como "Chucky", el buen chico, hasta el hombre de la máscara de hoyos, "Jason Voorhees".
Al ser cuestionado sobre los clásicos del cine más importantes, Héctor González Viveros mencionó que "Psicosis" (1960) de Alfred Hitchcock. "Esa escena en la que matan a Marion Crane a mitad de la película... ¡Nadie se lo esperaba! Esa película rompió con las reglas y, sin querer, puso la primera piedra para lo que después sería el slasher''.
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Además, hizo mención del filme "La noche de los muertos vivientes" (1968) de George Romero, expresó que dicho título definió al zombi moderno, además de criticar de forma velada la sociedad racista de los 60, calificándolos como movimientos inteligentes dentro del género.
Respecto al cine nacional, Viveros agregó que en México también hay grandes obras maestras, como "Hasta el viento tiene miedo" (1968) de Carlos Enrique Taboada. "Es una película que todos los que crecimos aquí hemos visto alguna vez. No es sólo una historia de fantasmas; habla de represión, miedo a la autoridad y libertad", compartió.
En un plano más universal mencionó clásicos como "El Exorcista" (1973), que como mencionamos anteriormente, se convirtió en la película de terror más taquillera de la historia; "Halloween" (1978) en donde aparece el icónico personaje Michael Myers, quien "daba más miedo caminando despacio que corriendo".
Para concluir con la lista de clásicos, hizo mención de "El resplandor" (1980). "Ahí Jack Nicholson nos regaló una de las actuaciones más inquietantes de la historia. Todo esto nos demuestra que el terror no soóo se trata de asustar, sino de construir una experiencia que se quede contigo mucho después de que termine la película". concluyó el maestro.