El imponente y emblemático edificio que albergaba el antiguo Cine Tampico fue derrumbado este sábado 13 de abril, los que atrajo a distintas personas para, ya fuera llevarse ladrillos como recuerdos, o simplemente evocar sus memorias de las películas que vieron en aquella enorme pantalla.
“Mi abuelito trabajó aquí en el cine, y vine para llevarme un ladrillo”, dijo Verónica Elías Martínez a EL SOL DE TAMPICO, quien poco después del mediodía fue una de las personas que se acercó a las obras de demolición para llevarse un fragmento de historia.
Detalló que su abuelo, Casimiro Elís Piña, ya fallecido, era responsable de las proyecciones en este cine, donde los tampiqueños disfrutaron de grandes producciones como Superman o Doctor Zhivago.
“Mi papá me comentaba que, cuando era niño, acompañaba a mi abuelito al cine. Y da tristeza, un poco, porque es un edificio que trae muchos recuerdos para la familia”, añadió.
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Su abuelo Casimiro, y su abuela, Juana Martínez, se conocieron trabajando en el cine, él como ‘cácaro’, y ella en el departamento de dulcería, recordó con nostalgia Verónica.
El Exorcista, El llanero solitario, o las de Bruce Lee: las películas que recuerdan
“Te juro que cuando esa máquina rasca la pared, siento que desgarra algo de mí”, expresó María Dolores Gómez Pantoja, otra de las personas que se congregó en la Plaza de las Artes, justo frente al inmueble inaugurado en 1944.
Recordó con añoranza las películas de Bruce Lee y lamentó la demolición del edificio: "Salíamos de la sala y todos queríamos ser karatecas. La verdad es triste que lo estén derrumbando”.
El sentimiento de nostalgia también invadió a Carlos Herrera, quien recordó su juventud cuando asistía regularmente al cine con su novia. Mencionó especialmente el impacto que tuvo en él la película "El Exorcista", estrenada en 1973: "Está muy dramática esa película, de miedo".
“Siento, tristeza, nostalgia, de que un edificio tan bonito, tan histórico, que está en la entrada a Tampico lo estén demoliendo”, indicó.
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Películas como “Caperucita Roja” o “El llanero solitario” fueron las Nora Altamirano vio en los domingos de matiné en el Cine Tampico. Acompañada de sus primos y otros niños del barrio, y con el dinero que les daba su abuelo, llegaban a ocupar toda una hilera de butacas.
Evocó que en el vestíbulo había fotos de los artistas de moda de aquellos años, y aunque no podían darse el lujo de comprar en la dulcería si asistió con frecuencia al Cine Tampico, a donde hoy acudieron personas a presenciar con tristeza y nostalgia su demolición.Con información de José Luis Tapia y Josué García.