Todos hemos dibujado alguna vez; de pequeños, cuando en el jardín de niños nuestra profesora ponía sobre la mesa algunas hojas blancas y crayolas, o de adultos, cuando hablamos por celular y comenzamos a realizar garabatos.
Sin embargo, ¿sabías que dibujar nos puede ayudar a conocernos mejor, a canalizar y transformar nuestras emociones? En esta ocasión platicamos con María Julia González, psicoterapeuta, quien lleva más de 30 años impartiendo talleres para fomentarla creatividad de chicos y grandes.
“Dibujar es un acto casi instintivo del ser humano, se puede entrenar, trabajar y perfeccionar a un grado técnico, pero no es algo privativo de las personas que buscan hacer arte. Dibujar es algo que hace cualquier niño, de cualquier cultura, de cualquier época”, expuso la especialista.
Aún de la prehistoria, sin tener instrumentos sofisticados o haber ido a una clase de dibujo “podemos encontrar trazos en las cavernas que están diciéndonos algo”, explica la especialista y directora del Instituto iCrea en Tampico.
PINTAR PARA SANAR
En este sentido, dibujar puede funcionar como terapia, debido a que ayuda a expresar aquello que con palabras no logramos, “es una manera en que las personas pueden conectarse consigo mismas, con sus emociones y necesidades.
“Desde el punto de vista psicoterapéutico es de mucha utilidad porque a través del dibujo plasmamos nuestro mundo interior, ideas y emociones”, es, sin duda, una acción de catarsis.
La mayoría de los pequeños disfruta pasar tiempo dibujando y coloreando, sin embargo, cuando crecemos perdemos ese interés debido a barreras que nos vamos poniendo, “muchos creen que, porque no dibujan de manera realista, como el ojo ve las cosas, no saben dibujar, pero eso no es así y sería muy beneficioso que siguiéramos dibujando siempre”.
¿QUÉ DIBUJAMOS?
Niños y niñas optan por reflejar lo que traen en su mente, lo que les acaba de suceder y experiencias recientes, “si fueron a la playa te van a dibujar el mar, si jugaron con su perro van a pintar al perro o al parque donde estuvieron”.
Agrega que los adolescentes tienden a plasmar sus emociones, conflictos y sueños,mientras que los adultos ya no tenemos un dibujo tan libre, “ya existen otros estándares impuestos por la cultura, dibujamos lo que nos gusta y tratamos de hacerlo lo más parecido a la realidad”.
DEJA VOLAR LA IMAGINACIÓN
Finalmente, María Julia recomendó a padres y maestros dejar que los chiquitines dibujen con mayor libertad y facilitarles colores, crayolas y marcadores para que ellos puedan hacerlo en el momento que lo deseen.
“Algo que pasa es que quieren que los niños dibujen más técnicamente, pero no hay que forzarlos a temprana edad porque es parte del desarrollo de su creatividad y para todo hay etapas, podrían perderle el gusto a dibujar si se les quiere imponer algo”, el dibujo debe ser libertad.
GANANCIAS
Si lo haces de forma correcta, dándote un espacio para conectar y concentrarte en ti, puede ser muy útil. Debes tranquilizarte y hacer introspección, dejar la prisa a un lado y pintarla en orden ya sea de afuera hacia adentro o viceversa.