El Día de Muertos es una de las tradiciones más importantes de México; en ella se honra la memoria de familiares, conocidos y personajes ilustres que “se nos adelantaron” en el camino.
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Como parte de esta gran tradición se acostumbra a realizar un altar para poner ofrendas como naranjas, calaveras de azúcar, flores de cempasúchil y la comida favorita de los difuntos, así como las fotos de las personas queridas que ya no están con nosotros en esta vida.
Pero ¿sabías que el Día de Muertos no es solo un día? Contrario a lo que su nombre nos sugiere, son una serie de fechas donde se recuerda y se honra a quienes ya fallecieron.
La colorida tradición empieza el 28 de octubre, cuando se recibe a los que murieron a causa de un accidente o de forma repentina y violenta. Posteriormente, el 29 llegan los espíritus de las personas que murieron ahogadas y el 30 de octubre se recuerda a los olvidados, es decir, a quienes no tienen una familia que les dedique una ofrenda.
El 1 de noviembre se celebra a los niños fallecidos, por ese motivo este día también es llamado Día de los Angelitos y finalmente, el día 2 del onceavo mes se dedica el altar a nuestros muertos adultos, como nuestros tíos, primos, abuelitos y padres.
¿QUÉ LLEVA UN ALTAR DE MUERTOS?
Si estás planeando elaborar un altar debes tomar en cuenta que hay distintas formas de realizarlo y estas dependen del gusto de cada familia mexicana. Aunque una constante es que tienen un arco de flores y están compuestos por distintos pisos o escalones.
Por lo general, entre las ofrendas se incluyen las siguientes cosas: agua, caña, cal, flor de cempasúchil, cirios, copal, veladoras, cruz, pan, calaveras de azúcar, fotografía del familiar recordado y papel picado.
Cabe mencionar que estos son solo algunos objetos que lleva el tradicional altar de muertos en México con el que se busca recordar a los que ya no están. Pero tú puedes añadir más ofrendas que consideres necesarias para honrar a tus antepasados.