María Hernández de la Cruz estudió la carrera de ingeniero en Tecnologías de la Información y Comunicación, sin embargo, la vida la llevó por un rumbo diferente y ahora es una excelente creadora artesanal de artísticos bordados.
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Actualmente María cuenta con 29 años y es además administradora de plataformas educativas en línea, creadora artesanal en “Bonita María Bordados”.
En su frase favorita El miedo es un reto que se supera, María resume lo que es su vida: "Me gusta llamar retos a todos los miedos, y desde esa perspectiva me atrevo a hacer las cosas que me propongo y pueden llegar a intimidarme".
El bordado llega a su vida
Ella recuerda que "mi primer acercamiento con el arte de bordar fue aproximadamente a los 12 años, pero solo era común y hasta permitido hacer enormes servilletas frutales, el bordado y los hilos, me encantaba, pero no para pasar largas horas rellenando una enorme sandía roja".
Su vida transcurrió como la de cualquier jovencita y decidió estudiar una carrera, "el bordado lo deje ahí en el olvido, pero trabajando en Sierra Gorda de Hidalgo conocí a unos artesanos que me recordaron lo que alguna vez cautivó mi corazón: el bordado".
Señala que durante varios años trabajó como ingeniera, sin embargo, algo le faltaba para complementar su vida, "me sentía vacía cada vez más porque tuve que ocultar mi pasión por el bordado, porque me creía lo que me decían, que una ingeniera no puede ser creativa, hasta se burlaban de mí porque era hasta cierto punto un centro de labores machista", recuerda.
Problemas emocionales
De esa época de su vida recuerda: "Fue tanta mi carga emocional porque estaba en un momento bastante complicado en el área personal, que desarrollé trastorno de ansiedad generalizada y trastorno obsesivo compulsivo, fui a terapia y me recomendaron hacer una actividad ajena a lo que me dedicaba en ese momento como profesional, entonces pasé por un proceso de incertidumbre porque no sabía qué debía hacer".
Y agrega: "En ese tiempo yo tenía una tienda de productos bordados pero yo revendía lo que hacían otras personas, entonces entró en mí el deseo de resurgir, de sanar mi vida y curiosamente vi una hermosa prenda de las que vendía, lo que me motivó a reactivarme".
Ya con la ilusión de volver a sus bordados decide pagarse un curso: "Este era con una maravillosa artista textil, quien además de enseñarme a bordar me compartió su historia de vida, lo cual me inspiró más y más a apropiarme de mi talento, capacidad, perseverancia y hacer más mío mi proyecto de productos artesanales", resalta con entusiasmo.
Su vida cambió
"Recuerdo que en ese curso de bordado me equipé de los colores que más me encantan, recuerdo bien una paleta en tonos rosados y dorados, ya me habían dado mi kit básico, además tomé colores y hojas, no paré desde esa tarde hasta ahora de hacer bocetos, de dibujar y darle vida a lo que dibujo en el papel mediante hilos, algunas veces es una playera, otras tantas un aro decorativo o un cuadro", dice muy emocionada.
María se considera una artista autodidacta, aunque también ha tomado diversos cursos y dice que ha aprendido diversas técnicas como: Contemporáneas, mixtas, tipo de bordados de diferentes regiones e implementación de materiales variados para intervenir piezas textiles.
Difundir el bordado mexicano
Una de sus aspiraciones es darle proyección al bordado mexicano: "Yo ya lo estoy haciendo, porque el bordado antes fue olvidado por un símbolo de rebelión en contra del machismo, ahora, en este momento el bordado está resurgiendo como estandarte no solo del feminismo sino del arte puro, uniendo hombres y mujeres, mentes brillantes y creativas, en una sola pasión", finalizó.
Ya con la ilusión de volver a sus bordados decide pagarse un curso, "Este era con una maravillosa artista textil, quien además de enseñarme a bordar me compartió su historia de vida, lo cual me inspiró más y más a apropiarme de mi talento, capacidad, perseverancia y hacer más mío mi proyecto de productos artesanales" resalta con entusiasmo.