Salir con los amigos o en familia a tomar un trago y pasar momentos agradables puede resultar todo un espectáculo en el que las botellas, frutas y copas son los protagonistas, que gracias a la preparación de los flair bartenders se vuelve una gran experiencia.
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Tony Díaz, embajador en Tamaulipas de la Asociación Mexicana de Bartenders comparte con Aderezo su trayectoria, preparación e inicios en este mundo de la coctelería, especialidad que le ha dado grandes satisfacciones y la oportunidad de conocer a grandes figuras de este mundo.
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Es licenciado en turismo y comparte que la coctelería acrobática es más que botellas volando. Se requiere de preparación, sentido del humor, concentración y presencia, dice recordando un poco de sus inicios con apenas 14 años en una barra de discoteca.
UN SUEÑO DE ADOLESCENTE
“Tenía como 14 o 15 años cuando un conocido me invitó a laborar con él en un famoso antro de la ciudad y cuando entré supe que era el inicio de algo. Mi primera función fue en la barra de cerveza, yo pensé que me iban a poner con los bármanes, pero pues yo iba empezando, era un trabajo distinto”, así es como inicia su relato Tony Díaz.
Su inquietud por aprender a preparar bebidas, hacer combinaciones y convivir con personas distintas, lo llevaron a querer aprender más. Tony explica que su deseo por adquirir nuevos conocimientos lo motivaron a trazarse un camino y a los pocos meses de haber ingresado al lugar ascendió a una nueva tarea, por fin ser barman.
“Llegaba temprano y hacía mi trabajo, en el lugar empezaron a ver las ganas que yo tenía y me invitan como suplente, empecé a empaparme, conocer el menú de casi 250 bebidas, me aprendí las recetas, ya habían pasado unos seis meses y ya me dejaron ahí. La primera bebida que preparé para un cliente fue una paloma”, describe.
TONY DIAZ, UN PROFESIONAL
Su trayectoria, trabajo e interés por aprender más lo llevaron a elegir la licenciatura en turismo, ya que gracias a los consejos de su tío Adán Rodríguez, descubrió que era importante contar con un título profesional que avalara su trabajo y experiencia en administración de restaurantes y bares.
“Entrar a la universidad es una decisión difícil, yo pensaba combinar elegir una carrera distinta y seguir trabajando de barman, pero mi tío me explicó que era importante demostrar mis conocimientos con un documento e ingresé a la universidad, la carrera era muy completa, veía todo lo que me gustaba”, comenta.
Al salir de la universidad, motivado por sus maestros y compañeros, Tony decidió especializarse como flair bartender, ya que era algo que lo emocionaba con tan solo ver vídeos y propuestas.
“Ver esos vídeos en donde el público se emocionaba, ver la cara del bartender cómo se divierte en el show, era algo diferente y dije vámonos, voy a ser una persona profesional, voy a seguir evolucionando”.
Operación de bar fue la especialización que Tony llevó a cabo en la ciudad de Guadalajara, Jalisco; actividad que le permitió adquirir conocimientos de grandes personajes del mundo del flair entre ellos Osvaldo García, quien como coach fue muy bueno para su crecimiento profesional.
“Mi coach decía que es algo que te va a costar, pero a la gente le va a gustar, te va a buscar, te va a contactar y ahí empezó otra gran aventura porque todo lo aprendido lo empecé a compartir mediante talleres y cursos ya que en Tampico no había nada de eso”, recuerda.
Al concluir su especialización y regresar a la ciudad, el destacado flair fue invitado a participar como docente en la Universidad del Noreste (UNE), espacio que le permitió compartir sus conocimientos con más jóvenes buscando crear comunidad en Tampico con personas interesadas en el mundo de la coctelería.
SUS CREACIONES
Tony ha sido representante de Tamaulipas en competencias nacionales de flair bartendering, teniendo la oportunidad de compartir conocimientos y entrenamiento con grandes figuras de este movimiento que cobra gran auge en los grandes hoteles y restaurantes de todo el mundo.
Ha sido invitado para ser el creador de menús de bebidas para diversos restaurantes entre los que destacan “Roll Royce”, “Mezcalita” y “Mint”, explicando que él traslada todo lo que ve en su día a día a sus cócteles.
La combinación de sabores es algo que se disfruta y sobre todo agrada al público, siendo las mujeres seguidoras de los tragos dulces o cítricos.
“Ver a una persona contenta por un trago o una actividad que yo esté haciendo durante mi trabajo es algo que me hace muy feliz, la coctelería me gusta.
PROYECTOS PARA SU CARRERA
Actualmente él forma parte de la Asociación Mexicana de Bartenders y busca crear una comunidad entre artistas de la barra del estado, además ofrece espectáculos en eventos privados y fiestas familiares.
Finaliza mencionando que las bebidas clásicas nunca pasarán de moda, tales como el mojito, el vampiro, las medias de seda, la piña colada y las margaritas. Añade que busca la creación de un restaurante dedicado a la coctelería.
“Quiero un lugar que se caracterice por servir tragos con sentido, siempre habrá un buen cóctel para cada ocasión que te haga recordar momentos y emociones”, concluye.