El puente para llegar hasta la nueva Aduana del puerto empezó a ser una travesía complicada, por lo que se decidió algo hasta el momento impensable: secar el brazo del Tamesí, que desde que se fundó el último Tampico, corría a la par que el Pánuco, la desecación empezó en 1918.
SOBRE EL RÍO SE TRAZA LA PLAZA
Así fue como después de dar servicio 16 años, de 1904 a 1920, el puente, que costó 105 mil pesos, fue desmantelado; instalándose de inmediato vendedores en la zona federal que ahora era motivo de relleno. Sin embargo, ya la ciudad tenía un proyecto para esa parte que era la entrada a la Nueva York mexicana.
“Desde el proyecto de secar el río, ya existía la propuesta de construir un jardín en la entrada de Tampico, el cual conectaría a una avenida que llevaba hacia la Plaza de la Libertad, donde se ubicaban los comercios más renombrados de la ciudad; propuesta que empezó a tomar forma al acercarse el centenario del puerto”.
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HIJOS E HIJAS DE TAMPICO Y LA MUERTE DE VILLA
Comenta el investigador Francisco Alcocer, quien menciona que con miras al gran festejo se creó la asociación Hijos e Hijas de Tampico, que estaba conformada por jóvenes diversas agrupaciones sociales, donde participaban familias de empresarios y de compañías extranjeras.
“Para construir la plaza se organizaron un sinfín de actividades, donde hubo desde corridas de toros, hasta subastas, pasando por bailes, kermés y otros ventos, donde incluso se tuvieron aportaciones de la Huasteca Petroleum Company y La Compañía Eléctrica de Luz y Fuerza de Tracción de Tampico, que manejaba los tranvías” añade.
Sin embargo, llegó el día del centenario y solo se pudo inaugurar la pequeña Avenida que subía a la Plaza de la Libertad y el monumento, que hoy se conoce como “El Aguilita”, pues el gobierno federal no emitió los documentos de sesión al municipio de los terrenos hasta julio de ese 1923; coincidiendo la noticia con el asesinato de Francisco Villa.
LOS TRANVÍAS PARTICIPAN EN SU CREACIÓN
“Se tuvieron que utilizar 8 mil metros de material, que fueron traídos desde el cerro de Andonegui, en carros de carga de los tranvías, teniendo que construirse un tramo de vía especial para poder realizar las maniobras del relleno y hacer la nivelación de predio, costando estos trabajos poco más de 18 mil pesos”, agrega.
En la plaza “Hijos e Hijas de Tampico” terminaron invirtiéndose alrededor de 70 mil pesos, comenta Francisco Alcocer, “fue entregada completamente embellecida y funcional a finales de 1923, estaba dividida por la avenida más pequeña de Tampico: La Avenida Centenario, que daba exactamente a la entrada de la Aduana.
DESAPARECE Y VUELVE APARECER
Desde finales de 1923, la plaza Hijas de Tampico se convirtió en un espacio de recreación para las familias porteñas y dio la bienvenida a los viajeros que arribaban al puerto, comenta a su vez el historiador Josué Picazo, quien menciona que “a partir de la segunda mitad del siglo XX, diversos comerciantes instalaron puestos en la parte poniente de la plaza, comercios que luego dieron al mercado de alimentos Ignacio Zaragoza.
Indica que esta construcción fue sustituida, en 1995, por el mercado Gastronómico y Artesanal de Tampico y luego de dos décadas de actividad, el Mercado Gastronómico, cuyo inmueble también albergaba al mercado de “Las Tablitas”, fue desalojado durante agosto y septiembre de 2015 y demolido a principios de octubre, reacomodando a los 180 comercios que lo ocuparon.
“La nueva plaza Hijas de Tampico fue inaugurada el 10 de septiembre de 2016, como parte de un proyecto renovación integral de los mercados municipales y su periferia. El trazo de la plaza fue modificado por última vez durante el mes de enero de 2020”, concluye.