Lugares para comer rico abundan en nuestra zona, somos algo así como la “meca de la buena comida” y para mariscos nos pintamos solos. Además, si algo nos caracteriza es agregar a la sazón un poco de aventura.
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Es así que nos lanzamos a la carretera tomando el corredor urbano Luis Donaldo Colosio de Ciudad Madero y tomamos el bulevar de los Ríos hasta incorporarnos a la carretera Tampico-Mante, donde nos encontramos unos particulares señalamientos que nos invitaron a descubrir “El Lagarto Escondido”.
Viajamos 50 minutos desde Tampico y unos 25 desde Altamira, dejamos en 100 pesos de gasolina lo que te costaría venir a visitar este espacio a orillas de la hermosa laguna del Champayán, donde el ambiente desde que llegamos se siente totalmente familiar.
Fuimos recibidos por el dueño y fundador de este espacio, don Guillermo Flores, quien nos habló de como con su mente de emprendedor y sus manos trabajadoras fue levantando este espacio que hoy es reconocido como un clásico para visitar.
“En marzo cumplimos 16 años que nacimos como una visión que tuve de emprender y formar un negocio en este terreno agrícola, fue una idea que hice realidad a base de mucho esfuerzo y sacrificio”, externó el entrevistado, quien explicó que con sus propias manos dio forma a este lugar que hoy recibe a cientos de comensales.
Cuenta con más de 15 palapas donde puedes estar cómodamente con toda la familia y disfrutar de la buena comida y la fresca brisa.
Ahí, don Guillermo nos invitó a probar sus famosas acamayas enchipotladas y un crujiente y rico chicharrón de catán.
Luego de saciar el estómago con una rica comida, muchos pensarían que aquí se acabó la aventura, pero El Lagarto Escondido aún tiene más sorpresas preparadas para nosotros.
Su bello islote es una muestra del amor que tiene don Guillermo por la naturaleza donde preserva y cuida a distintos animales, “a la gente le gusta mucho la naturaleza, también quisimos darles un espacio para relajarse después de comer donde puedan admirar el paisaje, así fue como construimos esta parte”.
Desde patos, gallos, puercos y hasta mapaches son los animales que don Guillermo cuida y atesora mucho, siendo de gran atracción para los pequeñines las coloridas aves como los tucanes, cotorros y pericos que amenizan la tarde con su canto.
Los menores corriendo y disfrutando de convivir de cerca con los animales vuelven en una experiencia completa visitar este lugar, pero si aún hay espacio para algo más, don Guillermo nos invitó a conocer otro de los atractivos que ofrecen: la pesca para niños.
“Aquí en esta pequeña lagunita ponemos varios peces y rentamos las cañas en 20 pesitos y ya viene incluida su carnada para que puedan ir practicando los niños”, detalló el entrevistado, quien también afirmó que son espacios que la gente disfruta mucho para tomarse la foto del recuerdo.
En palabras del propio dueño de El Lagarto Escondido, este espacio es un gran logro con el esfuerzo propio y de su familia, su equipo de trabajo y clientes que siempre lo visitan seguros de que pasarán una agradable tarde.
Con un buen platillo y bebida, disfrutar aquí te costará entre 150 a 200 pesos por persona, donde tienes acceso a todas las instalaciones, incluyendo un espacio de juegos para los pequeñines.
Así nos despedimos satisfechos y muy relajados de haber visitado este popular restaurante donde prometemos volver, aquí... en corto.
