El Puerto de Tampico se ha convertido en el atractivo turístico más importante del sur de Tamaulipas, debido a que cuenta con uno de los catálogos arquitectónicos más grandes del noreste de México, tanto en modelos como construcciones valoradas como patrimonio histórico de la nación.
Las investigadoras Yolanda Guadalupe Aranda Jiménez y Laura del Carmen Moreno Chimely explicaron que estas edificaciones nos proporcionan esas memorias que son testigos del pasado y fomentan el desarrollo y unidad como sociedad.
Señalaron que el auge petrolero dinamizó los negocios y el comercio en Tampico. Urbanísticamente se vivió una fiebre constructiva que cambió la fisonomía de la ciudad.
De ser una pequeña población del trópico pasó a convertirse en una urbe cosmopolita, arquetípica del siglo XX, con la construcción de edificios de hormigón de varios pisos, con estilos arquitectónicos modernistas, tipo Art Nouveau y de colonias residenciales con todos los servicios urbanos, para uso de funcionarios de las compañías petroleras, que incluso construyeron un exclusivo club tipo campestre.
No tenían un estilo arquitectónico uniforme
Aranda coincide en que Tampico ha crecido constantemente, convirtiéndose en una de las ciudades más importantes de Tamaulipas, “sus construcciones no tenían un estilo arquitectónico uniforme ya que, por ser una ciudad con un puerto marítimo, había diversos tipos de nacionalidades que plasmaron sus gustos”.
Por ejemplo, el comerciante europeo construyó sus sólidas casas de mampostería, tiendas y habitaciones al mismo tiempo con el estilo de su país de origen; y el norteamericano alza las suyas, ligeras, de tablas imbricadas.
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En cambio el mexicano de ascendencia española demuestra su buen gusto y su adaptación al clima edificando paredes bajas, gruesas, pintadas de alegres colores, tejados planos y patios interiores; y el indio fabrica su jacal con bambú enjarrado con barro, techado con frondas de palma, de acuerdo con la costumbre de sus abuelos.
Sin dejar a un lado que no solamente se tuvieron asentamientos humanos e industriales sino que la presencia de los migrantes ingleses, en palabras de Sánchez M. D., “contribuyó a modificar por completo el sistema de vida de los tampiqueños, que adoptaron nuevos valores culturales, entre los cuales predominaron los de origen anglosajón”.
Moreno Chimely agregó que después del ciclón de 1933, se construyeron el Hospital Civil, la Estación de Ferrocarril y el Gremio Unido de Alijadores; para 1955 los ciclones “Hilda” y “Janet” provocaron daños en Tampico, aunque ya no por la fuerza de los vientos, sino a consecuencia de la inundación que resultó de las lluvias provocadas por ambos fenómenos como describe González Salas en 1998 y 2006.
El nuevo Orleans mexicano
Tampico es comparado con Nuevo Orleans por el diseño arquitectónico de algunos edificios del Centro Histórico que llaman la atención de quienes recorren el corazón del puerto.
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Mientras que historiadores y especialistas difieren en esta relación, los primeros afirman que su imagen es muy similar a la arquitectura de aquella ciudad norteamericana, los técnicos la describen más bien como una mezcla de matices modernos, Art Déco y neoclásica francesa.
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Destacó que los ejemplos más comunes son los edificios de la compañía El Águila, la sede del Gremio Unido de Alijadores, así como la Casa Municha. Y de acuerdo al Registro Estatal de Monumentos la mayoría de inmuebles ubicados en el Centro Histórico de Tampico datan de 1920. Estos modelos arquitectónicos y construcciones valoradas como patrimonio histórico de la nación se han convertido en el imán del turismo nacional como internacional, el cual no pierde la oportunidad para disfrutar de un paseo por el catálogo arquitectónico más grande del noreste de México, donde el pasado se combina con la modernidad de nuestros días.
