El 11 de septiembre de 1829, el general Isidro Barradas admitió su rendición incondicional ante las tropas del ejército mexicano comandadas por Santa Anna y Mier y Terán.
En teoría, la corona española se comprometía a desistir de cualquier intento de reconquista. No obstante, unos meses más tarde, el Ayuntamiento de Cádiz aboga por recuperar el territorio perdido.
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La evidencia de un segundo intento de reconquista
El Ministerio de Cultura y Deporte Español guarda entre sus anaqueles una carta de ocho páginas, con data del 7 de diciembre de 1829, donde el Ayuntamiento y Consulado de Cádiz ofrece mil hombres para un segundo intento de reconquista de la Nueva España.
La misiva dirigida al rey Fernando VII está firmada por cuatro miembros del Ayuntamiento. En ella se puede leer cómo los autores consideran la Batalla de Tampico como un “suceso desgraciado” y un “contratiempo de Barradas”.
De igual manera, el documento muestra la idiosincrasia de los gaditanos, quienes instaron al rey a buscar la reconquista en nombre “del ardiente anhelo por la felicidad de los vasallos en ambos hemisferios”.
Además, los autores de la carta eran partidarios de iniciar un nuevo enfrentamiento bélico, buscando recobrar el dominio sobre el nuevo mundo, “por el honor nacional y por la gloria de su majestad”.
Los integrantes del Consulado de Cádiz aseguraron a Fernando VII que era su deber como paternal monarca restablecer la relación entre ambas naciones para “liberar de la opresión de los revolucionarios a los habitantes de la Nueva España”.
La respuesta del monarca
En una misiva fechada al 17 de diciembre de 1829, la Corte otorga una respuesta al Ayuntamiento y Consulado de Cádiz. En ella se agradece el patriotismo y la lealtad de los súbditos, pero se explica que el monarca ha decidido reservarse la oferta de recobrar las posesiones mexicanas.
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Para el filósofo griego Aristóteles, la historia era la disciplina encargada de contar lo que pasó. Sin embargo, los acontecimientos son tantos que una sola versión del pasado nunca es suficiente.
Por ejemplo, la Batalla de Tampico fue, para los mexicanos, una victoria de la cual enorgullecerse; para los españoles se trató de un “suceso desgraciado”.
¿Qué pasó después de la Batalla de Tampico? El país reafirmó su libertad y carácter soberano. El Ayuntamiento de Cádiz ofreció mil hombres para un segundo intento de reconquista, el cual fue rechazado por el rey.
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Cabe la pena mencionar como Fernando VII y la Corte ya no usaron el término “Nueva España” y optaron por hacer mención de “México”.