El trazo de la ciudad se hizo de poniente a oriente y a lo largo del río quedó la primera calle de Tampico, que fue conocida como “Ribera”, conducía a la Plaza de la Libertad, una de las dos explanadas que tendría el nuevo poblado; precisamente en este sector se asentaron los más acaudalados habitantes llegados de Altamira y donde se construirían lo que ahora conocemos como los edificios más antiguos de Tampico.
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1) Casa de Castilla: el fuerte español donde se perdió la primera batalla de la reconquista
Entre ellos don Juan Benito de Castilla, español de familia comerciante que empujó, junto a otros ibéricos la repoblación del lado norte del Pánuco para crear un muelle con una aduana en Tamaulipas, los predios que le fueron asignados, el 3 y 4, estaban frente a la plaza, a 100 metros del muelle, donde florecería el comercio que llevó a Tampico a ser considerada entre los puertos más importante del mundo.
En sus terrenos Juan Benito levantó la primera construcción imponente de la ciudad, que será conocida como la Casa de Castilla, un inmueble de mampostería de dos plantas, con su patio central y todo lo necesario para ser sustentable, con más de 14 habitaciones, bodegas, área para animales de carga y salidas por ambas calles de la esquina.
Su construcción se empezó casi al mismo tiempo en que llegaron los repobladores, por lo que el año entrante cumplirá 200 años; está considerada como el edificio más importante del puerto y su fama debería de trascender a nivel nacional, ya que fue la casa donde los españoles que intentaron reconquistar México tuvieron que decidir rendirse y entregar sus banderas de guerra y sus armas.
A lo largo de sus casi dos centurias la Casa de Castilla ha sido vivienda, fuerte y cuartel, donde incluso se instalaron cañones, que intentaron contener al Ejército Mexicano, apuntando contra el río. Además, fue hospedaje de personalidades de negocios, tienda y hotel, que perduró durante varios años, hasta restaurante.
2) Casa Lastra: hogar de uno de los más acaudalados de México
De acuerdo con la investigadora María del Carmen Galicia Patiño, en la estadística de 1825 la Villa de Tampico tenía 164 casas, de las cuales solo 11 eran de cal y canto. El resto eran jacales y casas con azotea y muy probable que pertenecieran a los primeros pobladores.
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Aproximadamente ocho años después, en 1833, se inició la construcción de un edificio más espectacular que la Casa de Castilla, mandado a edificar también por un español; Diego de la Lastra, quien instaló primero establecimiento que vendía productos extranjeros al menudeo, pero también tuvo una de las primeras cantinas de la ciudad y un hotel.
La Casa Lastra, ubicada donde hacen esquina la calle Aduana y Héroes del Cañonero, se concluyó en sus tres niveles en 1840 y fue el segundo edificio de Tampico, pero relacionado con el primero, que es la Casa de Castilla, pues la hermana de Diego fue esposa de Juan Benito, quien ayudó a su cuñado a formar una gran fortuna y ser de los más ricos de su época.
3) Casa Gándara: el cuartel general desde donde se venció al ejército villista
Y será en 1865, otro edificio, este ubicado en la esquina de lo que hoy son las calles Sor Juana Inés de la Cruz y Emilio Carranza, marcará la historia de la ciudad, al ser una residencia que fue utilizada de muy diversas maneras.
Su diseño de construcción, con diversos sótanos, habitaciones, corredores y patios, dio lugar a que se adecuara incluso como cuartel de guerra en la Revolución Mexicana, desde donde se definió la estrategia para defender al puerto del ataque villista, en uno de los combates decisivos de esta lucha, episodio que se conocerá como La Batalla del Ébano.
Debido que ya había sido también una clínica para los trabajadores del ferrocarril en el año de 1933 el doctor Enrique Gándara Yáñez adquiere el palacete para instalar consultorios y vivir con su familia, entre ellas sus hijas Carmen y Mercedes, quienes al ser muy populares entre la población al edificio se le empieza a llamar “la casa de las Gándaras” y luego la Casa Gándara.
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De los tres edificios más antiguos de Tampico solo este último se le dio una vocación cultural, instalando un museo de diversas temáticas, después derivó en la presentación de espectáculos y en restaurante, siendo también el que más deterioro sufrió y el único que actualmente se encuentra cerrado por la situación de riesgo que representa.