Considerado en su momento como uno de los centro de hospedaje más importantes de México, el hotel Imperial, marcó varias épocas en la historia del puerto y fue reconocido en muchas regiones del mundo como el hotel de Nueva York construido en Tampico.
El terreno que hoy ocupa, en la esquina que hacen las calles César López de Lara y Emilio Carranza, comenta el promotor cultural Adrián López Sobrevilla, "fue un gran almacén llamado El Recreo, ahí se surtía con todo tipo de productos y mercancías a los barcos que arribaban al puerto".
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Añade que ante el auge petrolero que se proyectaba en la zona el terreno fue comprado por José Ma Raz y le solicitó la construcción del hotel a los contratistas extranjeros George Elliard, se dedicaba a la responsabilidad de los talleres mecánicos de la empresa Huasteca Oil company y a Edward M. Rowley, un potentado que tenía además de un hospital el control de los trabajos de Alijo en los muelles.
Joaquín Meade dice que se empezó a construir hacia 1914, al mismo tiempo que el edificio de la Compañía de Petróleo El Águila y que el edificio Bergan conocido como edificio Kuri, señala el cronista de Tampico Josué Picazo, comentando que estos tres edificios, de concreto, de varios pisos, eran estructuras excepcionales para el Tampico de aquellos de principios del siglo pasado, pues transformaron el paisaje.
Fue edificado en la Wall Street Mexicana
Comenta Adrián López Sobrevilla, que la calle César López de Lara, primero Bernal, porque por ahí era donde se podría salir de la ciudad hacia la parte centro del estado y después llamada Aurora, era una de las principales arterias del puerto e incluso llamada en algún momento "la Wall Street Mexicana".
"Ya que en esa calle los hermanos Brito, cubanos que construirían el edificio de mayor altura en Tampico y con el nombre de "Brito", además de instalar un banco en esa calle que fue uno de los que manejó los mayores capitales del mundo del petróleo a principios del siglo pasado", agrega el también historiador.
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Expone que El Imperial desde sus primeros años de operación causó sensación, pues todos los grandes potentados del petróleo que llegaban a la ciudad se hospedaban en este grandioso hotel, que tenía más de 110 habitaciones, un elevador, baño con agua caliente y un restaurante con comida de talla internacional.
Marcó varias épocas en el Tampico del siglo XX, ¿quiénes se hospedaron ahí?
El hotel creció y fue el preferido de los visitantes más importantes, incluyendo exiliados políticos como León Trosky, que tomó una habitación al igual que lo hicieron los pintores Frida Kahlo y Diego Rivera que acompañaban al revolucionario ruso.
También escritores de la talla de Jack London, qué hace una descripción en uno de sus relatos de este inmueble de Tampico.
Al terminar su época dorada a principios de la década de 1950, menciona López Sobrevilla, fue adquirido por el español Mauricio Fernández López y logró conservar su concurrencia con una cocina de primera y un salón llamado Avandgard, que de la mano del empresario de festejos José Enríquez pudo presentar las mejores variedades del país y extranjero.
En la décadas de los 1960 y 1970, el Avandgard del Hotel Imperial fue un referente en lo que se refiere espectáculos. pero también porque ahí se empezaron a realizar tardeadas para jóvenes que marcaron una época y muchos momentos inolvidables para los tampiqueños de esos años.
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Entre los artistas que se presentaron en el hotel imperial están la Sonora Matancera, Los Platters, Los Xochimilcas, Marco Antonio Muñiz, Sonia y Miriam, Linda Arce, Rosa de Castilla, Begoña Palacios, Los tres Caballeros y ya en la época de los 80 Napoleón, Manuela Torres, Lupita D'Alessio, Rafaela Carrá, entre muchos otros.
Hoy resistiendo el paso del tiempo y abandonado desde mitad de la década de 1990, con sus más de 100 años de vida, el edificio del Hotel Imperial se mantiene firme, no solo en su estructura sino en la añoranza de los tampiqueños que gozaron de esas épocas que marcaron la historia de este puerto que esta cumpliendo ya 200 años.