Sede de negocios emblemáticos y de viviendas de las familias de comerciantes que le dieron prestigio a Tampico, además de referencia en la ciudad por su imponente estructura, el edificio Llaca marcó una época en el puerto, pues en el inmueble nacieron los comercios que distribuían a las más variadas mercancías a otros establecimientos.

El Llaca es uno de los edificios antiguos que sobresalen en la historia de la ciudad, menciona Adrián Pérez Sobrevilla, investigador y colaborador en varias publicaciones en línea sobre la cultura y la historia de la ciudad. Añadiendo que “es de los más representativos que fueron construidos por extranjeros europeos que le dieron a Tampico nombre en el mundo entero”.

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Fue ejemplo de muchas construcciones en el puerto

Este edificio fue construido por el español Gabino Llaca y ocupa una gran parte de las calles Aquiles Serdán, Francisco I. Madero y Héroes del Cañonero Tampico, pues es un inmueble de grandes dimensiones que dio lugar a otros que trataron de imitar su funcionabilidad y la distribución de los espacios, pues combinó de manera ejemplar las casas habitación con los comercios.

Sus amplias escaleras y un eficiente elevador estaban entre sus principales características, que daban marco a sus departamentos de altos techos y ventanas trazadas de manera que nunca faltará una corriente de aire y al estar próximo el río, se creaba un ambiente muy singular.

"Como era el uso de estos edificios, se tenía una zona habitacional en los pisos superiores, incluidos la residencia del propietario, y en las partes llamada planta baja el negocio del dueño del inmueble y otras áreas rentadas a diferentes negocios", indica Adrián Pérez Sobrevilla.

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Sede empresas que marcaron el comercio en Tampico

Por la calle Ribera, hoy Héroes del Cañonero Tampico, fue donde se establecieron los más innovadores comercios de la ciudad, pues era la más cercana al puerto, señala, ahí en esa parte de Tampico había varios edificios de este tipo, pero el Llaca estuvo considerado en un tiempo como la más grande.

En esta primera época el Llaca fue la sede de la surtidora de materiales para construcción más importante de Tampico “La casa Llaca”, con mercancía de importación traída de varios países y regiones del país, "se podría considerar como el comercio ancla, que permiten que otras empresas aprovechen el movimiento y se instalen algunos negocios complementarios".

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Añade Pérez Sobrevilla que por la calle Francisco I. Madero, en la planta baja, del inmueble se encontraban las oficinas y la bodega de La Industrial, la expendedora de galletas más populares en ese entonces como eran las "ovaladas", de "Animalitos", las "Marías", entre otras, el negocio estuvo bajo la gerencia de norteño Lisandro Elizondo.

Comenta que el éxito fue tal que la distribuidora de galletas creció de forma exorbitante porque a Tampico venían a comprar de diversas regiones y La Industrial después se convertirá en Gamesa, este negocios concentraba una gran aforo de personas de toda la huasteca que buscaba las galletas, que se vendías por miles de kilos.

Patrimonio que se resiste al olvido

Siguiendo con los negocios del Llaca, agrega don Adrián Pérez, ahí también estaba La Pasa o Productos Alimenticios, otro negocio que vendía galletas bajo la dirección de Rubén Ramén Fernández, al frente por la misma calle se encontraba el único y excelente restaurante de cabrito al pastor de Tampico que se llamó “Los Norteños”, de Rogelio González.

Y por la calle Aquiles Serdán se encontraba la distribuidora de cerveza Corona, otra marca emblemática que tuvo su sede en el Llaca, por ser uno de los más destacados inmuebles, esta empresa se desarrolló bajo la gerencia de José Eguirao, por la calle Madero, a media cuadra, se encontraba la máxima proveedora de artículos para imprenta y oficinas Papeles Mexicanos de Andrés Berlanga y Guillermo Téllez.

Ahí también tuvo un espacio el primer gran artista de la publicidad en Tampico, Ramiro Mendoza, quien realizaba la mayor parte de los rótulos a mano en la ciudad, incluyendo los de la empresa Coca-Cola, que se encontraba a unas cuadras del Llaca.

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Después de la gloria que vivió en las primeras décadas del siglo pasado, el edificio Llaca, inició una etapa de abandono, sin embargo, a pesar del tiempo mantiene, como muchos otros, su viejo esplendor que destaca sobre el paisaje arquitectónico de Tampico.