Todos reconocemos la gran importancia que tiene la educación para el bienestar de un país, porque de ella dependen el impulso de cada persona y su realización, la prosperidad, los valores que sostienen la vida de los pueblos, la felicidad de las personas, el bienestar de todos sus habitantes, la paz y el respeto por las leyes, la honestidad y una sana convivencia.

Nos sobran razones para darnos cuenta del valor central que tiene la educación y la necesidad que tenemos como país de conocer mejor la situación para involucrarnos en sus procesos.

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Una educación que apoye a todos por igual

Sabemos que gran parte de los problemas que enfrentamos como sociedad mexicana se debe principalmente a la falta de una educación que apoye a todos los ciudadanos a buscar su propio desarrollo, su crecimiento, en último término, su felicidad.

Debemos de tener presente que la educación es una de las luces de esperanza para nuestros pueblos y poder salir de esta situación en la que nos encontramos, ofrecer a las nuevas generaciones la oportunidad de acceder a lo que es un derecho humano fundamental, es abrirle la puerta a una vida digna y con sentido para ellos.

Es importante que en el tema de la educación estén comprometidos los padres de familia que son los primeros interesados y responsables de sus hijos, los profesores, que aportan valiosos elementos con su experiencia y conocimiento, así como diversos especialistas de diferentes áreas que complementen los programas educativos y los materiales de las distintas asignaturas.

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No debe ser objeto de manipulación ideológica

Todo esto apoyado por las instancias de gobierno propias de este campo. En un país tan plural como el nuestro, no es fácil elaborar un proyecto educativo que satisfaga a todos, pero sí debemos tener claro que no debe de ser un instrumento de manipulación ideológica o corrientes ajenas a nuestra propia cultura, sino un apoyo para el desarrollo personal en todos sus aspectos y el fortalecimiento de nuestra sociedad en valores que impulsen nuestra identidad mexicana.

La pandemia vino a descubrir la fragilidad y las graves carencias de nuestro sistema educativo, así como a plantearnos retos aún mayores en este campo de la educación.

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Como sociedad mexicana no debemos minimizar ni dejar de lado este tema tan importante porque ahí nos jugamos nuestro futuro como país.