Pueblo Viejo, Ver., Abril 17.- Domingo Hernández Vicencio, mejor conocido como el Sastre de Pueblo Viejo lleva ya cuatro décadas dedicándose a este noble oficio por el que es ampliamente conocido.
Tiene un pequeño taller en la calle Pablo A. Gutiérrez, esquina con calle Morelos, en la zona centro de esta municipalidad localizada en el norte de Veracruz.
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La actividad para los sastres se complicó con la pandemia, pero poco a poco vuelve a la normalidad en cuanto al trabajo que realizan, ya que atienden por semana hasta 40 peticiones respecto a la reparación de las prendas.
Sentado con su vieja maquina de coser Singer, el sastre de Pueblo Viejo, realiza las reparaciones que le solicitan, como bastillas a los pantalones y faldas, siempre acompañado de los hilos, agujas, gredas, dedales, reglas, burro y plancha.
Reparaciones, el trabajo más solicitado ante el sastre
Cuestionado sobre los trabajos más requeridos por la ciudadanía, Domingo Hernández, expresó que se trata principalmente de reparaciones en prendas de vestir de hombre y mujer, tales como ajustes de anchos, largos, bastillas, además de cierres y botonaduras.
El fuerte de su actividad es la venta de uniformes escolares, pero estos se dejaron de vender desde el año 2020 por la suspensión de clases presenciales debido a la pandemia, pero ahora mejoró con resultados poco favorables, pero que confía cada vez serán mayores.
También realiza confecciones de pantalones y faldas
En cuanto a la confección de prendas, dijo que actualmente se realizan pantalones y faldas que es el común de solicitudes, fuera de ahí, solo composturas con lo que logra obtener limitados recursos para el sostén de su hogar.
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Otra de las actividades que representan ingresos para los sastres del municipio son las festividades que se realizan a lo largo del año.
El carnaval les dejó trabajo, con la confección de los atuendos para las comparsas las que es necesario que por lo menos se haga la solicitud con 25 días de anticipación, dependiendo del número de trajes a realizar, para tener el tiempo suficiente para hacer los ajustes en caso de ser necesario.
Para los sastres la crisis económica les da una posibilidad de ingresos, ya que con el encarecimiento de las prendas de vestir muchas personas optan por reparar las que tienen y darles una segunda vida de uso, ante la imposibilidad de comprar otras nuevas.
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Don Domingo Hernández Vicencio, el sastre de Pueblo Viejo, es conocido por la alta calidad de su trabajo y la atención a sus clientes.