Cumplir 100 años representa una bendición de Dios, un hecho extraordinario, y más tras haber vivido la pandemia de Covid-19, por lo que al llegar a esta edad doña Esperanza Tapia García se dice agradecida con Dios.
Este siglo de vida lo festejó rodeada del cariño de su gente, quienes le realizaron una tremenda fiesta en su casa ubicada en la colonia Jesús Luna Luna, en el municipio de Ciudad Madero.
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Ella es un cúmulo de experiencias, cariño y sabiduría, asegurando que ha disfrutado y aprendido de cada instante que la vida le ha regalado.
Su familia la acompañó en su cumpleaños número 100
Su familia organizó el evento para celebrar el magno acontecimiento, ya que aseguran no podía pasar desapercibido.
Hubo desde pastel hasta la presencia de mariachis que le cantaron las Mañanitas, además del tema de “Cien Años”, en alusión a la edad en la que llegó con mucha salud, los cuales le llegaron hasta el corazón y la hicieron llorar de la emoción por ver reunidos a todos su seres queridos.
Llegó al sur de Tamaulipas cuando tenía 12 años
Originaria del Oro, en el Estado de México, doña Esperanza nació el 20 de enero de 1923 y es la única sobreviviente de siete hermanos.
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Cuando apenas tenía 12 años llegó a la zona sur de Tamaulipas, donde se casó muy joven con una persona dedicado al oficio de elaborar zapatos, a quien conoció en el Bario de la Unión, viviendo muchos años en las pequeñas cuarterías que había en ese popular sector de Tampico, de este matrimonio tuvo siete hijos.
“Ella se dedico años a la elaboración de comida y tuvo un negocio muy conocido llamado La Charanga, trabajó en diversas cooperativas de escuelas dando asistencia a estudiantes de varios planteles y fue de ahí junto con los ingresos de su esposo que sacaron adelante a la familia”, comentó su hija Delia Reyes Tapia, la cual fue encargada de llevar a cabo el festejo.
A un siglo de vida, continúa con buena salud
En la celebración de los 100 años de doña Esperanza, además de sus siete hijos estuvieron presentes sus 22 nietos, 29 bisnietos y dos tataranietos, mismos que la llenaron de regalos y besos agradeciendo a Dios tenerla.
“Mi mamá goza de buena salud, es muy bromista, estamos felices que este de manteles largos y que la tenemos con nosotros a pesar de haber pasado la pandemia del Covid-19, por eso le hicimos entre todos esta bonita fiesta”, agregó.
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Para doña Esperanza Tapia estar rodeada de su familia en su festejo de 100 años de vida fue motivo de mucha alegría, por lo que bromeó diciendo que la clave para vivir tantos años es su nombre, “ya que la Esperanza muere al último”.