Sara Gabriela Medina; ejemplo de talento y fortaleza

La jovencita estudia la Licenciatura en Música en la Universidad Autónoma de Tamaulipas y es "La flor especial más bella del sur de Tamaulipas 2018"

Eugenia Gómez

  · miércoles 21 de agosto de 2019

Sara Gabriela Medina Anaya es un ejemplo de talento y fortaleza en el sur de Tamaulipas / Eugenia Gómez

Actualmente estudia la licenciatura en Música en la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), es la digna representante del certamen de belleza “La flor especial más bella del sur de Tamaulipas 2018” y forma parte del grupo para débiles visuales “Titanes Team”.

La talentosa jovencita concedió amable entrevista a EL SOL DE TAMPICO y durante una sesión de fotos contestó a nuestras preguntas con su característico don de gente.


¿Cómo fue que descubriste tu pasión por la música?

Mis papás me regalaron un teclado cuando tenía 10 años, si mal no recuerdo fue mi obsequio de Navidad. De ahí un señor me empezó a enseñar lírico, me transmitió lo que él sabía y así fue como aprendí a tocar el teclado y a cantar. Cuando entré a la secundaria había un programa en la UAT que se llamaba “Arcadi” y daban clases a personas con discapacidad; fue ahí cuando decidí dedicarme a las artes.

¿Qué es lo que más disfrutas de cantar y tocar el piano?

Siento que es una forma de transmitir lo que sientes; con tu voz, con tus manos puedes demostrar muchas cosas y más cuando lo haces por amor, por pasión.

Con tu talento y tu preparación, ¿cómo te ves en un futuro?

Me gustaría impartir clases de canto y de instrumentos a los demás, sobre todo a personas con discapacidad porque cuando tienes alguna condición de esta naturaleza no en todos lados te abren las puertas. Recuerdo que mi mamá intentó inscribirme a clases de violín y me rechazaron porque no sabían cómo enseñarme. Sí es difícil encontrar alguien que se anime y que diga 'pues no sé cómo hacerle, pero vamos a intentarlo', que se esfuerce por comprender tus necesidades, porque no todos aprendemos de la misma manera.

Actualmente te encuentras en un grupo convencional dentro de la Facultad de Artes, ¿cómo ha sido tu instrucción profesional?

A veces siento que voy más lento porque hay programas que no son accesibles, pero los profesores idean la forma para que puedas aprender lo mismo, es muy padre que se preocupen por ti y que te pongan ciertos ejercicios para que avances a tu ritmo.

No necesito tanta ayuda para moverme, por ejemplo, me aprendí la escuela y voy a donde tengo que ir sola; pero sí ocupo ayuda cuando escriben en el pizarrón.

Cuéntanos un poco de tu experiencia como “La Flor Especial Más Bella del Sur de Tamaulipas 2018”

Ha sido muy padre porque a raíz de eso he ido a muchos eventos sociales, altruistas y culturales, me han invitado a cantar en eventos artísticos y obras como “Vaselina, muy especial” y “Jesucristo Superestrella”.

De la mano de la Lic. Norma Flores, que es la presidenta de la Asociación de Baile y Danza Deportiva, he podido demostrar que las personas con discapacidad también tenemos mucho talento; la gente no se imagina que tienes esa facilidad, que eres capaz de bailar o cantar y cuando lo descubren, realmente se sorprenden.

En este sentido, ¿cómo observas el panorama de la inclusión en la zona conurbada?

Todavía falta mucho porque a nosotros nos falta hablar sobre lo que realmente necesitamos y a las personas les falta escuchar, hay mucha desinformación acerca de la discapacidad. Precisamente sobre eso me gustaría hacer mi tesis de licenciatura.

Finalmente, la joven de 21 años compartió que en fechas recientes tuvo la oportunidad de dar una charla motivacional en la Escuela Americana de Tampico, donde impulsó a los jóvenes a seguir adelante y luchar por sus metas platicando sus experiencias y aprendizajes de vida. Sin duda, a su corta edad, Sara Gabriela ya es un ejemplo de talento y fortaleza en nuestra región.

"Busco ser independiente, me aprendí la escuela y voy a donde tengo que ir sola, cuando se acaba una clase me voy al siguiente salón; pero sí ocupo ayuda cuando escriben en el pizarrón".

Recuerdo que mi mamá buscó inscribirme en clases de violín y me rechazaron porque no sabían cómo enseñarme. Sí es difícil encontrar alguien que se anime y diga vamos a intentarlo"