SEGUNDA PARTE
La incursión de Rubén Velázquez en el llamado género negro muestra una gran soltura en la narrativa, en la que además de narrar historias hace que el lector se envuelva en emociones surgidas de su pluma.
Pero en sus obras siempre lleva un poco... o mucho, de la magia surgida de la relación y admiración a su amigo Gabo.
Actualmente trabaja en una novela de género negro, se llamará "Puerto de las tentaciones", se ubica a fines de los años veinte, entre el petróleo, sindicalismo y asesinatos en el sur de Tamaulipas y norte de Veracruz.
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Eres muy cercano a escritores del género policial como Élmer Mendoza. ¿Contemplas escribir algo de este género?
Élmer Mendoza es un maestro al que le tengo mucho cariño. Como escritor no deja un cabo suelto y como amigo es la mar de generoso. Le agradezco el prólogo que dedicó a mi libro de cuentos "Ataúd de la esperanza". Durante el confinamiento provocado por la pandemia mantuvimos una estrecha comunicación y gracias a sus consejos pude incursionar con mayor soltura en el género negro, que es justo de lo que va mi próxima novela.
¿Te identificas con algún personaje de la literatura universal?
Un buen periodista escarda los pliegues del alma, te felicito. Mira, no sé si me identifico, más bien me atraen Florentino Ariza, Alonso Quijano, Jean Valjean, poseen esa resolución romántica tan definitiva que me atrapa.
¿Qué prefieres, los libros impresos o electrónicos?
Ambos tienen lo suyo y a ninguno desdeño, pero si se trata de elegir, me quedo con el impreso. Tengo buen olfato y cada libro, viejo o nuevo posee su propio perfume.
¿Cuándo escribes se impone tu lado docente y corriges mucho?
Un escritor se conoce por la cantidad de papeles tirados en el cesto, decía el Gabo. Y es así. No poseo las manías de Balzac, que hasta en plena impresión de sus novelas estaba corrigiendo, pero le dedico mucho tiempo a la corrección. Una vez impresos mis libros no los vuelvo a leer porque me conozco y sé que estaría modificándolos. Así que llegado el momento simplemente lo abandono y punto.
¿Escribes a mano en libretas, cuadernos, hojas blancas o en la computadora?
Escribo en libretas que me regala mi hija Zoé, pero en ocasiones ocupo hasta las servilletas, después paso todo a la computadora.
¿Qué opinas de las redes sociales para promocionar la literatura?
Resulta difícil imaginar que un escritor moderno no las utilice. Las redes sociales poseen esa universalidad que nos permiten llegar a cualquier parte del mundo. Tiene su lado flaco, a menudo circulan narrativas con artificios mediáticos que nos hacen caer en el engaño.
¿Hay que llegar a cierta edad para que el novelista pueda disponer de un bagaje más amplio de experiencias que le permitan presentar una mejor narrativa?
El arte no es cuestión de edad. Borges, Baudelaire, Octavio Paz iniciaron temprano. Por otra parte, existen los escritores tardíos, Raymond Chandler, uno de mis escritores de historias de detectives favoritos inició con el pie grande a los 45, J.K. Rowling la creadora de Harry Potter arribó a la literatura a los 35 y José Saramago a los sesenta años.
La magia de escribir es una cuestión de talento, disciplina y pasión, no de la edad.
¿Estás trabajando en alguna novela o en otro libro de cuentos?
Novela. Género negro. No puedo decir que está terminada porque ese concepto no existe. Algunos le atribuyen a Paul Válery, otros al Gabo decir que la poesía o la narrativa no se termina, únicamente se abandonan. Así pues, estoy reordenando el caos. La novela se llamará "Puerto de las tentaciones", como la canción de Mike Laure. Su trama se ubica a fines de los años veinte, entre el auge petrolero provocado por las compañías petroleras asentadas en el Golfo, las luchas sindicales y un asesino serial que ronda en Tampico, Mata Redonda y Villa Cecilia (hoy Cd. Madero). Finalmente quiero agradecer a El Sol de Tampico y a ti amigo Velarde por la entrevista. En estos tiempos en que prevalece la imagen por sobre las ideas, se agradece a quienes se preocupan por sosegar, aunque sea mínimo, la banalización de la cultura.
¿Cuál es tu palabra favorita?
“Maravilloso”. Nací en la ranchería El Aguacate, Terrero. Estaba en segundo de primaria y cuando la dije por primera vez fue jugando futbol con una pelota de trapo, y por repetirla y por fastidiarme, el apodo vino de inmediato. Afortunadamente el apodo no prosperó y yo seguí usándola.