Se llama Aarón, tiene 45 años, abogado de profesión, es papá y un orgulloso amo de casa. Su día inicia a las 5:45 de la mañana, saca a "Poty", la mascota al jardín, después se va a la cocina para preparar el desayuno de André, su hijo de 11 años, por quien decidió abandonar su trabajo como abogado litigante para cuidarlo, mientras que Andrea, su novia eterna, -esposa- sale a trabajar como ejecutiva en un banco.
Después hay que despertar a André, revisar si tiene todo listo para irse a la secundaria, acompañarlo y regresar a casa donde lo espera una larga tarea de actividades que realiza con dedicación mientras escucha a su banda favorita, Héroes del Silencio.
“Ser papá es una explosión de sentimientos, la palabra papá es muy extensa, muchos dicen que papá es el que cría o el que da dinero para que otros los eduquen; la fortuna que tuve gracias a Andrea -su pareja- es que lo pude cuidar desde chiquito”, dijo a EL SOL DE TAMPICO, Aarin Irisson Becerril.
Cuando después de muchos años de relación, André llegó a la vida de Andrea y Aarón, no tenían muy claro cómo se organizarían para cuidarlo ya, sin embargo, al tercer mes, cuando la mamá debía reincorporarse, tomaron una decisión, Aarón se quedaría en casa para cuidar al bebé de los ojos más hermosos.
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“Al darnos cuenta que ella estaba ganando más, que tenía un seguro médico, fue la decisión de los dos y yo me quedo a cuidarlo. Hay papás que les puede dar pena los cuidados, pero yo hasta ahora que tiene 11 años lo tomó de la mano y me lo llevo”, expresó el hombre, que como abogado llevaba casos desde divorcios como buscar la libertad de alguien que estuviera en prisión.
“No desperdicié mi carrera, esa de alguna forma la ejercí, lo que hice fue ganar mi vida”, añadió.
LAS CRÍTICAS VENÍAN DE LA MISMA FAMILIA
El hecho de que Aarón se convirtiera en el amo de casa no fue algo fácil de entender, principalmente para la familia, quien se aferraba a que continuar con la tradición de que la mujer cuidara a los hijos, mientras que el hombre fungía como proveedor.
“Me costó mucho por las críticas de la familia, decía ¿tú por qué si tú eres el hombre?, pero en la etapa de la profesión viví con los amigos, la fiesta. Cuando empecé a hacer una vida con una pareja y a tener una familia me alejé de todo”, destacó.
Desde el 8 diciembre del 2010 que André nació, Aarón se comprometió en acompañar a su hijo de la forma que se pudiera, por siempre.
“Extrañé mucho, inclusive a través de estos años pensé en mi profesión, me gusta, pero no la estoy ejerciendo, se complicaba la forma de distribuir el tiempo y entonces, dije, no, papá de tiempo completo”, recordó.
La familia de Andrea -pareja de Aarón- se siente agradecida y aliviada de que él esté siempre para protegerlos.
CUANDO SU HIJO LE DEJÓ DE HABLAR
André tenía 3 años, cuando sus papás decidieron que era tiempo de que Aarón regresara a la vida laboral, por lo que fue enviado a la guardería, situación que impactó al pequeño.
“Me costó trabajo dejarlo en la guardería, me dejó hablar casi un mes, me ofrecieron un trabajo con un muy buen sueldo. Me dolió en el alma porque llevábamos 3 años juntos, sin separarnos”, dijo.
Fue cuando dejó el trabajo y regresó a la casa para acompañar a André en el proceso de enseñarlo a leer.
“Me dicen … ¿si puedes regresar la historia lo volverías a hacer?, sí, sin pensarlo, es una cosa grandiosa. Lo voy a decir siempre, de corazón y no me da pena, soy amo de casa, lo valoró mucho. Es una friega de todos los días”, añadió el hombre que gusta de hacer todas las labores del hogar, aunque reconoce que cocinar no es su máximo.
“Es que Andrea, mi corazón, mi pareja cocina muy bien, aprendió con mi mamá, tiene su toque, mi mamá ya no está, pero algo se quedó con ella”, apuntó.
LO QUE ANDRÉ LE HA ENSEÑADO
Aarón, de 45 años de edad, ser papá, definió ser papá como “una fiesta en su cabeza y corazón”.
“Es la esperanza de formar a un ser con defensas para enfrentarse a la vida diaria; eso lo que busca uno cuando cuida a un hijo y quieres que cuando crezca sea una buena persona”, explicó.
Sabe que André, que se encuentra cerca de cumplir 12 años y que en la escuela tiene las mejores calificaciones, se aproxima a ser cada más independiente, lo que muy posiblemente traerá grandes cambios.
“Le he aprendido que las cosas se pueden hacer teniendo las ganas de hacerlas, hay veces nos podemos pelear con los hijos, pero al final del día, que te digan ‘buenas noches, papá’ es lo mejor que te puede pasar porque al otro día le echas más ganas para sorprenderlo”, dijo Aarón, quien al convertirse en papá y amo de casa disfruta de la mejor aventura de su vida.