Entre zapateado y trovadores

Grabaciones destacan las contadas interpretaciones de las primeras mujeres en toda la Huasteca en atreverse a cantar con los tríos

Gustavo García | El Sol de Tampico

  · viernes 4 de septiembre de 2020

Desde el 2018 una nueva generación de niños y jóvenes aprende el son huasteco en los talleres de Casa de Cultura teniendo como referente a los tríos legendarios de Pánuco | Cortesía Luis Enrique Pérez

Desde 1930 Pánuco ha sido la cuna y meca de excepcionales intérpretes del son huasteco, no solo por sus músicos, sino también por sus trovadores, mujeres cantoras y versadoras. Ellos han enriquecido con sus interpretaciones de una manera muy singular de manifestar el son huasteco, llamado también huapango en esta localidad de la Huasteca veracruzana.

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Constancia de ello son una serie de grabaciones de campo que se realizaron en la cabecera municipal entre los años 1970 y 1989, cuando varios especialistas como el etnomusicólogo Thomas Stanford o la antropóloga Irene Vázquez Valle (+) se ocuparon de registrar a los mejores tríos con grabadoras de cintas magnetofónicas.

Foto: Carmen Jiménez | El Sol de Tampico

Las grabaciones de campo en esa época se incorporaban a los estudios etnográficos en México, comenta Luis Enrique Pérez, cronista de la ciudad; “fungían como una herramienta para documentar y estudiar la música tradicional de las regiones culturales del país, que exigían al investigador trasladarse al lugar donde vivían los músicos y de esta manera grabarlos en su contexto, como el rancho, la comunidad o el pueblo”.

Grabación de campo realizada en Pánuco por la antropóloga Irene Vázquez Valle, en enero de 1979. Músicos: Aureliano Orta Juárez (violín), Leonardo Reyes Domínguez (quinta) y Damián Rivera Gómez (jarana) | Acervo fotogrÁfico de la Fonoteca del INAH

Tal es el caso de la investigadora Irene Vázquez Valle, quien acudió por primera vez a Pánuco en 1976, donde conoció a los integrantes del trío que dirigía el Sr. Aureliano Orta Juárez (+).

“En aquella ocasión nos hicieron una audición tanto a los músicos Aureliano Orta (violín), Mario González (quinta) y Leonardo Reyes (jarana), como a un servidor junto a Francisca Orta como bailadores, gracias a eso nos invitaron con todos los gastos pagados a la celebración del Bicentenario de la Independencia de Estados Unidos de Norteamérica”, recuerda Raúl Díaz Vázquez.

También dignas de mencionar son las grabaciones hechas por los especialistas Eduardo Llerenas, Enrique Ramírez de Arellano y Baruj Lieberman, quienes visitaron al menos cuatro veces Pánuco, entre 1972 y 1989, grabando tanto a los tríos más legendarios como Los Camalotes o Los Cantores del Pánuco, como a otros tríos ya desconocidos en la actualidad, pero que gracias a estas grabaciones los podemos conocer.

Luis Enrique Pérez y Luis María Gayosso junto a las cantoras Toñita Valdéz, Natalia Valdés y el violinista Pedro Velázquez | Cortesía Luis Enrique Pérez

“Estas grabaciones son un registro fehaciente de la gran riqueza técnica e interpretativa de los músicos huastecos de esa época en Pánuco, músicos que aprendían de 'a oídas' y que algunos sin saber leer o escribir, lograron un refinamiento estético sin igual que le ha dado fama de elegante, fino y presto para bailar a los sones en Pánuco, cualidades que hoy en día los músicos jóvenes continúan replicando en su repertorio”, señaló Luis Enrique Pérez.

Y LAS MUJERES CANTARON

En dichas grabaciones destacan las contadas interpretaciones de las primeras mujeres en toda la Huasteca en atreverse a cantar con los tríos, pues en aquel momento era mal visto que las mujeres lo hicieran.

Sin embargo, hoy permanecen en la memoria las interpretaciones de Emma Maza del Ángel, conocida como el Jilguero de la Huasteca; así como las cantoras Esperanza Zumaya, Natalia Valdés y Toñita Valdez, conocidas como “Las Panuqueras”, quienes hasta la fecha siguen activas.

Conviene decir que estas grabaciones de campo se encuentran depositadas en la Fonoteca del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y que además se han editado algunos discos con estos materiales como “Antología del Son de México” producido en 1985, grabaciones que en 2016 pasaron a ser consideradas para su preservación como Memoria del Mundo por la UNESCO.

En el libro “El son en Pánuco, del costumbrismo a los grandes escenarios”, de Luis Enrique Pérez, señala que estos intérpretes dejaron una huella imborrable en la historia del son huasteco que le ha merecido ser considerado “Cuna del huapango”.

“A partir de 1990 tanto bailadores como músicos se desarrollaron escuchando estas grabaciones de antaño, un momento prolífico en el que aquellos músicos innovaron con el uso del "pichicato"; en algunos sones como "La llorona", o convinieron tocar "El caimán", en Real adaptarlo a una voz grave y más acorde para el zapateo impetuoso pero elegante que caracteriza al huapango de Pánuco”, agregó Luis Enrique Pérez.

Por estos testimonios musicales Pánuco continúa siendo un referente cultural para la Huasteca, mismos que inspiran a los nuevos músicos de Pánuco a continuar con la tradición.



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