No se trata de una bebida más, sino del mezcal que proviene de tradición cuasi ceremonial, que habla del sabor de tierras oaxaqueñas mezclado con la cultura y el arraigo con la zona sur de Tamaulipas.
El Rondeño es el mezcal que se elabora con los agaves exóticos nacidos en condición silvestre y que aportan no sólo sabores, sino también olores y notas contenidas en un tono cristalino. Su nombre surge de los rondeños oaxaqueños, aquellos que al ser anfitriones de un evento festivo abrían la primera botella y tomaban la primera copa en testimonio que el mezcal era de buena calidad, naciendo en él la ronda de bebidas.
El director comercial de la marca, César Mariscal, indicó que la familia es originaria de Tuxtepec, Oaxaca, pero desde 1974 se establecieron en Tampico, siendo jaibos por adopción. “Queremos dejar un legado, por nuestras venas corre sangre oaxaqueña, pero también el arraigo que tenemos con el folclor del Sur de Tamaulipas, de tal manera que combinamos el misticismo de dos culturas en este mezcal”.
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BEBIDA MADRE
Nacido en este 2021, El Rondeño busca ampliar la oferta en la industria mezcalera, considerando esta bebida como madre y generadora de otras. “De Cocula es el mariachi, de Tecatitlán los sones, de San Pedro su cantar, de Tequila su mezcal”, dice la canción “Cocula” interpretada por Jorge Negrete, “lo que nos pone de manifiesto que el género es el mezcal y la especie es el tequila. El mezcal es la bebida madre del que deriva el tequila, el bacanora en Sonora, el sotol en Chihuahua que reconocen el mismo procedimiento de destilado”, apuntó Martín Mariscal, director administrativo de la firma. La producción de mezcal cuenta con Denominación de Origen (DO), regulado por la Norma Oficial Mexicana (NOM) dando a Oaxaca y otros 16 estados, incluido Tamaulipas, la DO.
ELABORADO A MANO
La NOM reconoce tres tipos de mezcal: El industrial, el artesanal y el ancestral; siendo El Rondeño del tipo artesanal, al ser elaborado completamente a mano.
El proceso de extracción se lleva a cabo en palenques o unidad de producción, donde hay un horno cónico de piedra al aire libre, ahí se cuecen las piñas en un proceso de horneado que dura tres días.
Concluida la cocción se retiran, destazan y se pasan a la tahona, que es una molienda con una piedra tirada por mulas, caballos o bueyes que las exprime; ese bagazo se retira y se pone en tinas de fermentación donde suelta sus jugos y da origen a esta bebida.
En la elaboración se valora las horas hombre de trabajo, desde proceso de recolección de las piñas, ya que aun cuando se trata de un mezcal artesanal por definición de NOM no es una artesanía, sino un producto de alta gama en sus variantes de Sierra Negra, Jabalí, Arroqueño, Tepestate y Tobalá, que aportan desde notas cítricas, minerales, herbales o amielados.
JÓVENES Y DE ALTA GAMA
Se trata de un mezcal joven y de alta gama, que puede ser empleado como aperitivo, digestivo o maridaje. “No han sido sometidos a proceso de modificación de características organolépticas con gusano de maguey, pechuga de pavo o de pollo para darles un sabor característico”, refirió Cesar Mariscal.
La apuesta es audaz, “no llevamos sal de gusano, naranjas, ni limones a nuestras presentaciones porque estamos seguros que la nota alcohólica no va a ganar en el paladar, no lo sentirás agresivo. En cada mezcla de nuestra alta gama encontrarás algo peculiar, donde ni el humo o el alcohol te van a invadir sino que predominará la nota de sabor”.
MEZCAL ROOM Y RUTAS
La proyección de El Rondeño es impulsar la presencia nacional e internacional, pero además incursionar en los Mezcal Room y en la moda. “No solo en el ámbito de bebidas, sino también en gourmet, restaurantes, mezcalerías, bares e incluso en la moda con un estilo propio, estamos trabajando en eso”, dijo.
Mariscal consideró fundamental impulsar en Tamaulipas la ruta del mezcal, tequilas y cerveza artesanal, para dar movilidad e impulso al turismo de este giro “es completamente viable, cada región tiene su cultura y es de lo que hay que hablar”.
UNA HISTORIA EN CADA BOTELLA
Y es que hablar de El Rondeño es hacer referencia a mucho más que una bebida alcohólica, si no a una mezcla de narrativas y referencias culturales. “Tenemos una historia detrás de cada botella, es una tradición que nuestra familia ha sido consumidora de mezcal por excelencia y lo conocemos”, refirió.
En la familia Mariscal la cultura del mezcal se vive casi de manera ceremonial, con evocaciones a sus antepasados pero con una clara visión de llevar el proyecto de El Rondeño a los paladares del mundo.