En el marco del Día Internacional de la Mujer, Talía Olivares, Blanca Pulido y Rossy Mariscal nos comparten el orgullo de cómo cada una difunde nuestra cultura, cómo se han ocupado de romper estereotipos y estigmas de la mujer mexicana para llevarla a otros niveles.
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Talía da a conocer por medio de conferencias producto de sus investigaciones todo lo relacionado con las tradiciones de México; Blanca por su parte es una reconocida cantante y bailadora de huapango y Rossy de Del Ángel promueve el amor por los atuendos típicos mexicanos y es defensora de nuestros artesanos, las tres con facetas diferentes, pero con un lazo en común: su amor a nuestra cultura.
La maestra e investigadora Talía Olivares dice que una manera en que ella fomentaría nuestra cultura es hacer obligatoria la enseñanza de nuestra lengua principal, el náhuatl, y así se rescatarían muchas de nuestras raíces.
Admira a Sor Juana Inés de la Cruz y a Leona Vicario, "en el caso de Sor Juana, porque fue una mujer que se adelantó a su tiempo y Leona Vicario por su injerencia y su inicio en la lucha de Independencia", nos comparte.
Por su parte una de las voces más reconocidas de la música huasteca como es Blanca Pulido, señala que para ella el huapango "representa mi esencia, mi raíz, mi tradición, herencia de mis ancestros que me enseñaron a amar a mi tierra a través de su música".
Una frase que le encanta relacionada con nuestro país es "México siempre Fiel", que inmortalizara Su Santidad Juan Pablo II, y que nos habla del corazón de los mexicanos que aman sus raíces, su esencia.
Le encanta el zacahuil, la película "Los Tres Huastecos" con Pedro Infante y la melodía "Mis huapangos", que la hacen sentirse muy mexicana.
Para Rossy de Del Ángel, quien es oriunda de Oaxaca, resalta que ella promueve su tierra "enarbolando mis raíces indígenas, no avergonzándome de ello, mi indumentaria son solo la belleza que viste a cualquiera, pero lo importante es lo que promueve tu ser, tu amor a tu patria".
Se confiesa admiradora de las "adelitas", porque fueron mujeres valientes, guerreras, sin miedo a defender a su patria, osadas porque lo mismo cargaban un fusil que a sus hijos en sus espaldas y sufrían física y psicológicamente en aras de un ideal".
De su enorme colección de trajes regionales dice: "No tengo uno en especial que me guste, son todos y los porto con orgullo y con mucho respeto, porque en ellos va la dignidad y los valores que representan, nunca ridiculizarlos, porque sería como pisotear mi cultura y mi tierra".
Sus retos
Talía dice que no han sido fácil los retos que se ha trazado en sus trabajos, porque la mayoría de sus investigaciones han sido de campo, lo que implica tiempo y mucho esfuerzo, pero afortunadamente siempre he contado con el apoyo de su familia, que la ayuda y la acompaña.
Mientras que Blanca Pulido nos comparte: "Mi principal reto fue primero que mi padre aceptara mi decisión de ser artista y otro fue luchar contra la corriente en el mundo musical, donde el huapango no tiene cabida por no considerarse un género comercial, sin embargo, he logrado romper varias barreras para llevarlo a campos internacionales, lo que me hace sentir orgullosa de llevar nuestra música a otras latitudes".
A Rossy Mariscal los retos la han hecho más fuerte, "mi timidez e inseguridad me crearon desafíos que superé casi al 100 por ciento, y creo que Dios siempre ha librado mi camino para llegar a la meta deseada".
Romper estereotipos y estigmas de la mujer mexicana
En el caso de Rossy expone: "Al vencer mi inseguridad supe que era tan valiosa como cualquier persona, el ser oaxaqueña ha creado en mí la seguridad de decir, ni flaca, ni blanca, ni de medidas perfectas, eso se los dejo a quienes viven de ello, soy una mujer con defectos y virtudes como cualquier otro ser humano. Nada ni nadie en la vida es mejor o peor, debemos romper con estereotipos y sentirnos orgullosas de quienes somos".
Para Talía "el orgullo por mi mexicanidad y el interés en nuestras raíces no es común, porque en mis inicios nadie me ponía atención, pero con el tiempo ya son de más de 20 años de estar de investigadora y he logrado ser escuchada y mi libro ya cruzó fronteras".
"Rompí esquemas en un mundo machista donde la mujer era educada para servir al hombre y mi maestra fue mi madre", finaliza Blanca Pulido.