Segunda Parte
Valentina Vidal, reconocida escritora argentina de cuentos y novelas, considera que la falta de contacto e interacción va a generar cambios y se reflejarán en la literatura
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Si tus libros se vendieran en los aparadores de los supermercados, ¿qué frase utilizarías para atraer lectores?
"Las góndolas son una trampa, mejor leer" no sé si es muy convincente cuando vas a comprar cosas para la casa, pero al menos es honesta.
¿Consideras que la pandemia podría generar el surgimiento de un nuevo género literario?
Creo que la pandemia se ha estado escribiendo en distopías durante tanto tiempo que tal vez ahora lo que surja es más introspección, pero en realidad no lo sé. Noto que el encierro provoca una necesidad de vivir más tiempo en la ficción que antes y eso de alguna manera va a repercutir en la literatura.
La imposibilidad del contacto con los otros, que es de donde se nutre la escritura, va a generar cambios, un manifiesto de época, como lo fueron las grandes heridas de la humanidad, y los recorridos, las búsquedas individuales, sin dudas se van a ver reflejadas como tema en común.
Veremos con el tiempo de qué manera sucede. Va a ser muy interesante ver las diferentes miradas sobre algo que nos pasó a todos.
¿Escribes primero en un cuaderno o directo en la computadora?
Hago anotaciones en un cuaderno, frases sueltas, ideas, pero la escritura propiamente dicha la hago siempre en computadora porque me resulta más cómodo y además suelo escribir garabateando, y me resulta trabajoso para pasar del papel al documento del Word.
Es decir, rara vez entiendo qué es lo que anoté, pero me queda una leve idea que la anotación me refresca, además, corrijo muchísimo, creo que la corrección es parte fundamental de la escritura, que no son dos cosas separadas.
Muchas veces en la corrección es donde aparece la literatura, donde se puede empezar a volar. No hay que apurarse, la literatura siempre nos espera si damos lo mejor de nosotros.
¿Cuál es tu palabra favorita?
Vitral. Me gusta mucho su sonoridad y más aún el significado.
¿Te has arrepentido de haber comprado algún libro?
Nunca. Si un libro no me gusta, al menos me queda la motivación de por qué lo compré y el esfuerzo del autor o autora para escribir algo que seguramente le tomó un montón de trabajo. Siento mucho respeto ante un libro, aunque no me guste.
¿De qué manera compaginas tu labor como crítica literaria y como escritora?
Trabajo de lunes a viernes de 9:00 a 18:00, lo que provoca que tenga que optimizar al máximo el tiempo que me queda libre, pero lo hago con mucho placer. Reseñar libros me dio la posibilidad de conocer un montón de autoras y autores a los que no habría tenido acceso de no ser por esto. Escribir y reseñar van por carriles diferentes, pero también provoca una escritura, un análisis que enriquece, y evita que la mano se endurezca, en consecuencia, es estar escribiendo siempre, aunque no sea sobre algo propio. Es muy nutritivo.
Fuiste bajista en varias bandas de rock antes de ser escritora.
¿Dejaste la música por la paz?
La música y la literatura son muy exigentes. Las dos requieren de una atención total si es que se quiere llegar a hacer algo bueno, o al menos, intentarlo con todas las fuerzas que se tengan. En mi caso, llegó un momento en el que ya no podía dividir esa energía y preferí entregarme completa a la literatura, fue una decisión difícil de la que no me arrepiento.
¿Cuál es tu opinión de los concursos literarios?
Están muy bien. Generan el objetivo de cerrar un proyecto de escritura, además del hábito de participar y eventualmente obtener un premio o una mención que luego hace más sencillo llegar a una publicación. Se da mucho que quienes están en medio de una novela o libro de cuentos, que al tener una fecha límite de entrega, se motivan para terminarlo y poder enviar el manuscrito. Lo ideal es darle un tiempo de corrección, esa fase no es algo que se deba evitar, pero creo que lo más positivo de los concursos es ese empuje, el de terminar. De otra manera se llega igual, pero es un poco más flexible y los escritores solemos ser muy dispersos.
¿Cumples el pronóstico de lectura de 52 libros por año o lo superas?
Depende de las dificultades del año, de la capacidad de concentración y sobre todo, no sabía que existía ese pronóstico, pero como veo que da unos 4 libros al mes, creo que estoy bastante cerca. Lo voy a tener en cuenta para el año que viene. Igual no hay ningún apuro, me encanta leer, disfruto mucho de ese tiempo y poner el pie en el acelerador no tiene sentido. Soy una persona muy ansiosa y si me pongo esos objetivos es posible que no logre apreciar una buena historia. Mejor leer sin presiones ¿no? Es tan lindo, ya la vida nos hace correr lo suficiente como para también hacerlo con algo tan hermoso como es la lectura.
¿Quién es tu poeta preferido?
Mirta Rosenberg, Anne Carson, Emily Dickinson.
¿Con cuál escritor o escritora de la literatura clásica universal te gustaría tomar un café o en tu caso, un mate?
Con Virginia Woolf. Tenía una cabeza tan lúcida, que el tiempo no avejenta su prosa. Leerla es descubrir la literatura en todo su universo, se corre la niebla y la percepción se vuelve tan nítida, que cobra vida y la mirada se abre. También me encantaría sentarme y escuchar hablar a Roberto Bolaño, Julio Cortázar y comer un asado con Juan José Saer. Bueno, en realidad podríamos hacer un gran asado y hacer que vengan todos los real visceralistas y muchos más, como Pizarnik, Sara Gallardo, Borges, Bioy, Silvina y Victoria Ocampo. Juntaría autores y autoras que tengan ideologías diferentes, de distintas épocas, armaría una mesa larga en un jardín y serviría vino a granel, para que se armen grandes debates. Lo imagino a Bukowski discutiendo, dando la nota. ¿Te imaginas qué lindo sería? Vos podéis invitar a los que quieras también, sos más que bienvenido.