Los problemas que enfrentan muchos niños para leer cuando han tenido el primer contacto con los libros antes de ingresar a la escuela puede ser considerado por los padres como parte del aprendizaje, mientras que al ingresar a primer grado algunos maestros señalan al menor con retraso, sin imaginar padres y mentores que se trata de un trastorno de dislexia.
Este padecimiento desconocido por muchos padres de familia es la principal causa de que los niños presenten problemas con la lectura y en consecuencia con la escritura por ser un trastorno del neurodesarrollo que empieza desde la infancia temprana con algunas manifestaciones en el lenguaje.
LA DISLEXIA SE MANIFIESTA DESDE LA INFANCIA TEMPRANA
Silvia Eunice García González, neuropsicóloga clínica pediátrica y terapeuta familiar, indica que la dislexia es una dificultad del neurodesarrollo que tiene que ver con una problemática en la lectoescritura, pero desde una mirada neuropsicológica está generada por alteraciones cerebrales que tienen que ver con el análisis.
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La dislexia empieza desde la infancia temprana con algunas manifestaciones en el lenguaje, por lo que se puede tener la sospecha cuando a los cuatro años un niño, que tendría que estructurar sus frases, presenta dificultades para esto, al igual que para entender el proceso de los sonidos.
DISLEXIA NO ES SINÓNIMO DE AUTISMO NI DE RETRASO INTELECTUAL
Es sabido por los estudiosos que los pequeños con dislexia no tienen una adecuada conciencia fonológica, por ejemplo, para decir Alfredo tengo que haber integrado cada uno de los sonidos de cada una de las letras para hacer una integración auditiva, por lo que la dislexia no tiene que ver con una dificultad asociada a otro tipo de afectaciones como autismo, retraso intelectual o dificultad motriz.
Una persona con dislexia tiene la capacidad intelectual promedio, es decir de 80 el 110, por lo que es importante que un especialista realice el diagnóstico.
LA REHABILITACIÓN COMPRENDE TRES ÁREAS
Es necesario recordar que la dislexia está asociada a otras áreas, por lo que la rehabilitación tiene que ver con lo que está correlacionado el niño.
La dislexia habla de un retraso en la lectoescritura de dos años, es decir, si un niño está en primer año y tiene seis años, muy probablemente su análisis de conciencia fonológica está funcionando en un nivel de un menor de cuatro años.
La neuropsicóloga clínica pediátrica dice a las familias que la lectoescritura le da un proceso de maduración al cerebro que se fundamenta en tres áreas:
-Que haya una adecuada coordinación motriz.
-Una adecuada habilidad psicolingüística que comprende la conciencia de los sonidos y de la compresión en el lenguaje.
-Una adecuada habilidad visoespacial, es decir que se piensa en imágenes.
Esas tres funciones de maduración integran el cerebro maduro para que el niño esté favorecido en el aspecto de lectoescritura.
DISGRAFIA Y DISCALCULIA, OTROS PROBLEMAS
Si se asocia una problemática de análisis visual y un análisis auditivo, entonces habrá complicaciones importantes en el aprendizaje y la dislexia es una de ellas, que puede asociarse a problemas de lectura conocida como disgrafía o discalculia o problemas de cálculo.
La rehabilitación tiene mucho que ver con los mecanismos asociados a la problemática del niño. Desde el enfoque neuropsicológico existe un buen pronóstico para los niños disléxicos, hay gente muy brillante que tiene dislexia, ya que no es paralizante si se le trata o si se le apoya al pequeño.
En la experiencia la especialista es muy importante un diagnóstico diferencial, porque es lo que permitirá saber por dónde se comenzará el tratamiento del pequeño, ya que está muy asociado también a los problemas de la memoria a corto plazo y a muchos aspectos neuropsicológicos.
SE DEBE BUSCAR UN DIAGNÓSTICO REAL Y AYUDA
Se desconoce el porcentaje de menores que presentan un problema de dislexia, ya que la mayoría de los padres desconocen esta condición porque lo atribuyen a que es parte del desarrollo y aprendizaje del menor, por lo que sin querer lo están marginando de lograr un mejor nivel de vida.
Existe el riesgo de que en el primer contacto que tiene un menor con el maestro se presente un rechazo por parte del educador al percatarse que el niño presenta cierto retraso en la lectura y escritura.
Es importante que los padres se dejen guiar por la intuición, que cuando sospechen que algo no se está desarrollando bien en los niños hay que buscar una orientación que puede dar posibilidades de reorganizar de manera positiva el neurodesarrollo del pequeño y tenga mejor impacto en su vida escolar, social y emocional.
PIDEN NO RESTAR IMPORTANCIA A LA DISLEXIA
La psicóloga Julieta Medina de la Cruz, del Centro de Salud de Tampico, señala que la dislexia es un trastorno del aprendizaje, se caracteriza porque la persona va a cambiar, omitir o sustituir algunas letras o bien una palabra completa en una oración.
Lamentablemente en la cultura mexicana la tendencia es restarle importancia a este tipo de problemas, al considerar que el niño no sabe leer y se le dificultará todo de entrada, sin enfocarse a ver específicamente qué es lo que causa este problema a la hora que está leyendo.
En ocasiones en la recomendación de un maestro a los padres de familia sobre canalizar al pequeño para ser atendido por un psicólogo, provoca sorpresa, malestar, enojo o resulta ofensivo para los padres de familia porque la primera idea que se forman es que están señalando a su hijo con retraso mental o psiquiátrico.
“En nuestra cultura se le sigue teniendo miedo al psicólogo o al psiquiatra, nos asusta, entonces cuando viene una persona con esa resistencia le decimos primero lo que no somos, no somos loqueros, ni estás aquí porque estás loco, es para antes de que te sientas que te vuelves loco, y en ocasiones toman la negación y señalan que la maestra o el maestro exagera con el argumento de que el niño aprenderá, es cuando se le quita la oportunidad al niño de despuntar en muchas otras áreas, además de la educación”, dice.
¿CÓMO SABER SI MI HIJO ES DISLÉXICO?
Aunque siempre lo ideal es buscar a un experto, en general se recomienda a los padres dedicar tiempo para checar la lectura del niño, ver qué tanto está avanzando, qué tanto está mejorando y si siguen la recomendación de leer 20 minutos al día se darán cuenta sobre el progreso del pequeño.
Pero si pasa el tiempo y el niño sigue igual, con equivocaciones, no avanza y lee la misma cantidad de páginas, algo está ocurriendo que es necesario poner atención y acudir a un especialista para corroborar si se trata de dislexia u otra situación.