Sin duda la infancia es una de las etapas más importantes en la vida de todo ser humano, ya que durante esos primeros años los niños se muestran muy receptivos al conocimiento y su cerebro absorbe como una esponja todo lo que ve y le enseñan, por eso es muy importante que su primera infancia sea feliz en un entorno de estabilidad, porque esto se reflejará en su vida adulta.
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Hoy es el Día del Niño, una fecha que por segunda ocasión no será festejada como en años anteriores debido a la pandemia, sin embargo las celebraciones en casa o tipo caravana no faltarán, ya que uno de los mejores regalos que puede recibir un niño es el amor de su familia.
“La educación en la primera infancia es importante en el sentido de que en esa etapa desarrollan habilidades sociales, desde pequeños aprenden a socializar, aplican los valores adquiridos en casa con su maestra y compañeros, desarrollan habilidades motoras que les permiten realizar distintas actividades con su cuerpo y los hace ágiles”, dice la maestra de kindergarden del Instituto Anglo Mexicano, Ana Elisa Tovar Rodríguez.
De acuerdo a estudios neurológicos se ha comprobado que esos primeros años de vida tienen un papel esencial en el desarrollo del cerebro del niño, “en esta etapa aprenden a enfrentar los problemas y encontrar una solución de manera asertiva y gradualmente van adquiriendo responsabilidades de acuerdo a su edad, lo que hace que se conviertan en niños autónomos”, agrega.
Los vínculos que forma el niño con sus padres y sus primeras experiencias educativas serán clave para su desarrollo físico, emocional, social y cognitivo en un futuro.
“En esa edad aprenden a aceptar su propio cuerpo, a concentrarse para resolver tareas, a compartir y aceptar la naturaleza y sobre todo el niño que se desarrolla en un ambiente afectivo y alegre se convertirá en un adulto seguro y feliz”, concluye Ana Elisa.
EL ARTE EN LA PRIMERA INFANCIA
Para la actriz y maestra de teatro para niños y jóvenes Lucirene Gómez, el arte en la primera infancia le permite a los niños “tener la seguridad para expresar y comunicar qué es lo que necesitan. Será a través de sus movimientos, de su manera de mirar y, cuando llegue el momento, también con sus palabras, que ellos y ellas socialicen y compartan con su entorno”.
Al mencionar de qué manera se puede enseñar a los niños arte en la primera infancia, resaltó que “a través del juego, generando espacios en los que se sientan cómodos y seguros, siendo también muy sensibles ante sus necesidades específicas, observar desde qué punto les gusta expresarse y mantener una comunicación horizontal hacia ellos y ellas. Es importante dejar a un lado la perspectiva adultocentrista, tengamos la certeza que en la primera infancia los niños y las niñas tienen también mucho que enseñarnos, sólo es cuestión de saber escuchar”.
LA EDUCACIÓN PREESCOLAR
Esta etapa es también muy importante para el infante, ya que optimizar los primeros años en su vida es la mejor inversión que se puede hacer a la hora de asegurar su éxito futuro, porque un niño que crece feliz y con amor será un adulto seguro de sí mismo.
“La educación preescolar básicamente es de formación, no se aplica la evaluación cuantitativa, sino más bien cualitativa, es una etapa en el niño de desarrollo de carácter, personalidad y sobre todo su identidad”, señala la maestra Conny Esparza Márquez, del jardín de niños Sor Juana Inés de la Cruz.
En su caso aplicó muchas estrategias educativas, “como la exploración, experimentación, juegos, cantos, y me enfoco a las artes, que me permiten desarrollar y fortalecer sus habilidades que en algunos casos ya las tienen o los ayuda a descubrirlas y crearlas, el desarrollar su escucha les permitirá abrir sus conocimientos de mejor manera, el hablar, el análisis, la reflexión les permitirá crear su propia hipótesis para llevarlos a la búsqueda de soluciones, en una frase: Se forman niños analíticos y reflexivos”, puntualizó la maestra.
TALLERES DE EMOCIONES
Para la psicóloga Carlota Amalia González Cobos, quien imparte talleres de emociones para niños desde los dos años y medio en adelante, “la educación emocional y académica tiene una relación muy estrecha, la gestión de emociones debe ser considerada como una condición primaria para el despliegue de la personalidad, el desenvolvimiento, la seguridad de los niños, permitiéndole un notable mejoramiento académico ya que al desarrollar sus competencias, gestionar sus emociones y potenciar sus habilidades le genera la confianza suficiente para ser un niño o niña feliz y de gran éxito”.