La imaginación de aquel niño nacido en medio de una familia trabajadora, de campo, pero de grandes inspiraciones Dante Silva, inició su camino en el mundo del cine, actividad que define como "el arte más diverso, complejo y generoso a la vez, porque ofrece la posibilidad de crear un tiempo, universos, atmósferas, personajes, que transgreden la realidad, tomando de ella elementos puntuales de inspiración para mágicamente eternizarla de forma dramática en una obra cinematográfica que luego tomará vida cada que sea vista por el público o un espectador, incluyendo por supuesto al propio cineasta”.
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A través de sus trabajos artísticos el originario de Ciudad Victoria, Tamaulipas, comparte como esta manifestación artística ha representado para él un generador de conciencia o reflexión social, ya que transgrede la realidad para reflejar los cambios profundos de la sociedad incluyendo problemáticas sociales.
"El cine es un motor económico de una industria cinematográfica que por pequeña que sea, es generadora de empleos y contratación de servicios. Entonces, el cine es un arte bastante amplio y diverso", inició la charla el cineasta creador de "La Tierra y la Carne" y "El sabor de los nudillos".
¿Cómo fue tu infancia?
Una infancia sencilla, yo diría común como la de la mayoría de personas de mi generación. Provengo de una familia humilde. Mis padres son hijos de gente del campo, el arte no era un elemento presente en la familia propiamente. Había carencias grandes, sin embargo; había algo que considero primordial, mucha imaginación.
La imaginación es la que permite explorar la realidad de diferente manera por dura que ésta sea, muchos más cuando se es niño.
En aquellos años me divertía jugando con los amigos como todos los niños pero siempre había un momento que destinaba a mirar la naturaleza, el cielo, los atardeceres, la lluvia, cualquier cosa que me llamara la atención me gustaba observarla. Combinada esa observación con la imaginación me permitía pasar momentos lúdicos, agradables.
Por ejemplo tomaba algún espejo pequeñito de mi madre y cuando ella hablaba con mi padre o con alguno de mis hermanos, sin darme cuenta los “encuadraba” viendo su reflejo en el pequeño espejo.
Lo mismo jugaba haciendo algún tubito de papel y seguía cualquier acción o conversación de mis padres, como lo he comentado, y sin saberlo me convertía intuitivamente en un Director de escenas “reales”… Por eso creo que la imaginación es el regalo más preciado que el ser humano puede tener en la vida.
¿Cuál fue la primera película que viste?
Crecí como mucha gente con la televisión. En aquel entonces ponían en ella (la televisión), muchas películas de comedia de la época de oro del cine mexicano. Entonces, veía a Tin Tan, Clavillazo, algunos westerns mexicanos, etc. Digamos que hasta ese momento era ver con mero fin de entretenimiento las películas. Sin embargo ya por ahí de los 9 o 10 años vi “Cinema Paradiso” y fue que descubrí el cine digamos como algo maravillosamente mágico. Puedo decir que fue la primera película que vi realmente con los sentidos en mayor amplitud.
Luego en la adolescencia, vi fortuitamente “Canoa” de Felipe Cazals y también me marcó totalmente y activo este sentido crítico que evidentemente luego se fue desarrollando con el paso a la edad adulta. Canoa es definitivamente una de las grandes obras cinematográficas.
¿Cómo descubres que era al cine a lo que te querías dedicar?
Cuando estudiaba la carrera formaba parte del taller de literatura de la Universidad, escribía poesía. En aquel momento no asociaba bien la poesía al cine aunque había algo que instintivamente me llevaba a la imagen creada con palabras; vamos, un poema tiene tres elementos, la imagen, el ritmo y la metáfora, entonces fui descubriendo que en el guion cinematográfico bien podría tener esencialmente al menos los primeros dos elementos de un poema. Sin embargo, esto no lo terminé bien de asociar hasta que en septiembre del año dos mil, fue inaugurada la Cineteca Tamaulipas en Cd. Victoria; y hubo un taller impartido por la Directora María del Carmen Lara. Al ver el proceso en general de la creación cinematográfica mediante la escritura de un guion o al menos un argumento cinematográfico y luego ejercicio de grabación, etc, hasta concluir con ver los resultados en el mismo taller, fue que me di cuenta de que en el elemento de la imagen, era algo que me daba más amplitud de expresión. Asocié entonces la poética al cine, nuevamente, de manera intuitiva. Así me di cuenta de que quería hacer cine aunque no tenía una cámara y no era los tiempos como ahora que con un celular puedes realizar un ejercicio al menos, decidí entonces, ante las carencias comenzar por escribir, aprovechando que me consideraba con las habilidades para hacerlo aunque esencialmente escribía poesía. Y así comencé a escribir mis guiones y comencé este camino en el cine.
¿Cuáles fueron tus primeros proyectos?
Tarde muchos años para realizar mi primer proyecto porque como lo comentaba no era muy sencillo en aquel entonces conseguir recursos, cámara, etc. Para poder realizar una grabación que yo considerara mínimamente aceptable. Fue hasta 2013 que realicé “Por lo que queda” mi primer corto, el cual ganó en 2015 el Festival Internacional de Cine de Tamaulipas, en ese entonces organizado por el Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes. En ese mismo 2015 gané la beca PECDA y pude realizar “El Sabor de los Nudillos” y gratamente conté con la participación del gran actor Noé Hernández. Este corto obtuvo algunos reconocimientos en festivales internacionales y bueno en 2018 gané el Concurso Nacional de Proyectos de Cortometraje por Regiones de IMCINE, con “La Tierra y La Carne” el cual se estrenó en el Festival Shorts México recientemente. Y en este 2020 filmé en Tampico/Madero “Un Éclat D´Amour Incompréhensible” el cual está en Post Producción.
¿Qué te inspira para realizar cada proyecto?
Yo parto de una premisa personal que es “Cada historia se cuenta diferente”. De entrada eso ya implica un reto porque busco contar historias distintas, diversas, que signifiquen una exigencia y salirme de una línea que pueda parecer una zona de confort. Si bien esencialmente contará con un discurso visual que he ido puliendo, será distinto uno de otro proyecto. Entonces, el deseo de querer expresar y contar muchas cosas aunado a esa premisa, es lo que más motiva en cada proyecto nuevo.
¿Recuerdas la emoción que sentiste al ser seleccionados tus trabajos?
Sí, claro. Es una satisfacción muy grande porque independientemente de obtener reconocimientos, el hecho de que el trabajo pueda ser visto por un público objetivo, conocedor o no, pero que sabe apreciar el cine, hace que uno vea culminada positivamente todo el esfuerzo para poder realizarlo. Los premios luego pueden llegar o no, pero lo más importante es la posibilidad de que un público amplio vea el trabajo y propuesta cinematográfica que uno hace.
¿De los cortos que has realizado cuál sientes que fue el que provocó un cambio en ti?
Creo que todos tienen algo que me ha llevado a cambiar. Dado que soy autodidacta el proceso es distinto y cada proyecto ofrece retos diferentes, como lo comenté, “Cada historia se cuenta diferente” En ese sentido todos han hecho un cambio y una motivación. Quizá con “El Sabor de los Nudillos” fue donde ya pude trabajar con un equipo técnico más amplio y me permitió apreciar más el rigor para la realización, pero bueno, esencialmente todos los cortometrajes me han ayudado a no conformarme creativamente hablando.
¿Cómo definirías a Dante Silvia?
Alguien que quiere compartir con el mundo su cine. Alguien obstinado y hasta cierto punto obsesivo (en el mejor de los sentidos) la hora de escribir y realizar sus proyectos. Y alguien que le fascina luchar por hacer posible lo que parece imposible
¿Dónde te visualizas en 5 años?
Realizando y viendo frutos de proyectos de largometraje-películas que es mi objetivo cinematográfico de vida. Estoy trabajando en ello.
¿En tu experiencia como ves el panorama del cine en el estado?
En Tamaulipas está creciendo rápido la comunidad cinematográfica. Aunque aún es incipiente, se están dando ya los primeros pasos formales para crecer y hacer buenos proyectos cinematográficos. Falta mucho trabajo y por hacer, pero ya se está comenzando. Lo que sí creo, es que falta mucho apoyo de Instancias Culturales, incluso del sector empresarial. El artista actualmente trabaja en el desarrollo de un largometraje y en tratamiento de otro guion, además recomiendo a los creadores seguir trabajando, ya que si él pudiera decirle algo a su yo de hace 10 años sería nunca dejar de creer en él.
"Trabajen muy duro, intensamente y con mucho rigor, porque así es como llegan los frutos y buenos resultados. No hay más que trabajar y exigirse siempre al máximo en cada proyecto. Que no cesen en buscar el diálogo con instancias culturales para que el cine crezca sólido como propuesta de Tamaulipas para el cine nacional", finalizó.