Así viven el Vía Crucis en la parroquia de "La Medalla Milagrosa"

Decenas de feligreses se reunieron en la plaza de la colonia Hipódromo

Silvia Rangel

  · viernes 30 de marzo de 2018

Jóvenes de la parroquia Medalla Milagrosa de Ciudad Madero escenificaron la pasión de Nuestro Señor Jesús, durante el tradicional Vía Crucis viviente que se presenta todos los Viernes Santos, en las parroquias de la Diócesis de Tampico.

Decenas de feligreses se reunieron en la plaza de la colonia Hipódromo, en espera de que comenzara el Vía Crucis y ver este pasaje de la Biblia, donde Jesús da la vida por la humanidad.

Desde las 10 de la mañana comenzaron a llegar los creyentes y las personas que participaron en el evento.

Héctor Arturo Vázquez, uno de los participantes de esta puesta y organizador, mencionó que estaba muy contento de participar, diciendo “no todo son vacaciones, también es tiempo de reflexión y de acercarnos al Señor'' y comentó muy orgulloso de que su hermano César Vázquez también participó.

Durante la procesión se vivieron momentos de dolor, de tristeza y sobre todo de reflexión por parte de las personas que formaron el contingente, así como también de sus familiares y los espectadores.

A pesar de que la mañana estuvo nublada, el cansancio del joven que interpretó a Jesucristo era notorio y hubo hombres y mujeres que se acercaron para ayudarlo a levantar la cruz y era tanto el dolor que se percibía, que la mayoría de las personas lloraron.

Uno de los momentos más difíciles y emotivos que se vivieron durante esta escenificación, fue cuando María, madre de Jesús, se acerca a su hijo y quien la interpretó rompió en llanto y permaneció con él por unos minutos, al retirarse se le podía notar lo afectada que estaba y algunas personas que presenciaban la escena no pudieron más y lloraban desconsoladas al imaginar el dolor que sintió la madre de Jesús.

La procesión viviente concluyó frente a la parroquia en el parque de la colonia “Hipódromo”, donde ya había mucha gente esperando, en su mayoría personas de la tercera edad, madres con sus bebés y personas discapacitadas que no pudieron hacer todo el recorrido, pero aun así quisieron presenciar la Pasión y Muerte de Nuestro Señor.

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