Ana Cristina Pérez Reséndiz hizo del trabajo su aliado para enfrentar con valentía el cáncer de mama, enfermedad que sufrió siendo una joven madre de 37 años de edad, hoy promueve la cultura de prevención con la autoexploración, formando parte del grupo de apoyo del Hospital Regional de Pemex.
Así lo compartió en entrevista para EL SOL DE TAMPICO, relatando su historia de lucha al sufrir la enfermedad en dos ocasiones, siendo su mejor apoyo sus hijos Alejandra y Marco y su esposo Marco Delgado, a quienes agradece con amor incondicional.
DIAGNÓSTICO DE CÁNCER NO ES LA MUERTE
Ana Cristina era consciente de su juventud, por lo que no acostumbraba ir al médico, pero un día lo comenzó a hacer, sin saber que esto cambiaría el rumbo de su vida con el inesperado diagnóstico de cáncer de mama en el año 2006.
"Yo era joven, me sentía que todavía no me tocaba ir con el doctor, pero un día fui a hacerme mi chequeo anual, un septiembre del año 2006, cuando el doctor me dijo que analizarían una bolita, para el mes de octubre me dijeron que era algo maligno y en diciembre me diagnosticaron cáncer agresivo, al hacerme la cirugía me quitaron los ganglios del brazo derecho, así fue de rápido", comenta la entrevistada.
Cuando escucho "tienes cáncer de mama", recuerda que su primer pensamiento fue "me voy a morir", pero con el apoyo de su familia, amigos y el cuerpo médico que la atendió, se dio cuenta que la batalla era difícil pero podía ganarla, se trataba de un cáncer encapsulado, y así fue, venció al cáncer, sin embargo, tres años después el cáncer volvió y esta vez la llevó a la quimioterapia y a terapia de radiación.
"Escuchar 'tiene cáncer' fue pensar que me iba a morir, pero el doctor me dijo que existían tratamientos y no requerí más que la cirugía, y me indicaron que venía encapsulado, uno se imagina que no va a poder uno con él, pero los doctores son de apoyo y ellos son quienes motivan a luchar y a erradicar el mal, cuando uno se le detecta a tiempo se puede hacer todo contra la enfermedad, y encapsulado es cuando no se expande a otro lugar del cuerpo, pero, tres años después en el 2009 me volvió a salir una bolita, el cáncer seguía ahí, fue cuando vinieron 6 quimioterapias y 25 radiaciones".
"Me dí a la tarea de seguir con mi vida normal, me dije a mi misma que no había pasado nada, yo tenía 37 años de edad, la primera vez que me dio cáncer y a los 40 años por segunda vez, era muy joven, cuando me dio por segunda vez pensé que ya era algo malo en mí, pero no fue así, como yo me decía que no pasaba nada, continué trabajando, y eso me ayudó mucho en mi recuperación, además, yo tuve el apoyo de mi familia y amigos, y eso es un factor muy importante para sobrellevar la enfermedad".
A PREVENIR EL CÁNCER
"Después de lo que me pasó, me doy cuenta que no hay edad para hacerse los chequeos y prevenir las enfermedades, yo seguí cada año haciendo mis chequeos desde entonces, sin falta, porque ahora sé que el cáncer no es la muerte y que se puede prevenir", comenta.
Indica que el cáncer es una enfermedad en la que el "proceso es muy doloroso, pero se puede con el dolor y con el temor, se puede salir adelante, recuerdo que con mis hijos, que en ese entonces eran adolescentes, me armé de valor y les dije que tenía cáncer, mi esposo siempre me dijo que tenía que echarle ganas, por mis padres, por mis hijos, hoy puedo decir que la familia le da la fuerza a uno para seguir adelante".
Y puntualizó compartiendo que "lo más difícil del cáncer es el temor que sentía al no sobrevivir, que no iba a salir de esta, el miedo a morir, pero es una prueba y una oportunidad más de seguir aquí con mi familia", hoy en día forma parte del grupo de apoyo del Hospital Regional de Pemex.