Existe en vigor el decreto publicado en el periódico oficial el 20 de mayo de 2003 de la Ley que Regula la Celebración de Espectáculos Taurinos en el Estado de Tamaulipas, cuyas disposiciones pretenden reglamentar la llamada Fiesta Brava. Cabe preguntarse si este espectáculo debe verse como arte, cultura o violencia. Cabe mencionar que esta controversia sobre la tauromaquia llegó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación donde la segunda sala resolvió un amparo indirecto promovido en el estado de Coahuila por violaciones a la Ley de Protección y Trato Digno de los Animales para el Estado de Coahuila.
El sentido de la Suprema Corte en ese entonces estableció… “Que no se ha demostrado que las corridas de toros generen violencia en la sociedad o que puedan transmitir valores negativos porque nadie asiste forzado a este tipo de espectáculos”…
Independientemente del razonamiento de nuestro alto tribunal, en mi opinión difiero totalmente porque no puede verse como algo artístico, aunque reconozco que puede ser una expresión cultural el torturar y matar a los animales con el objetivo de divertir a las personas que asisten a estos espectáculos. Las personas que asisten a las plazas de toros pagan un boleto de entrada, buscan divertirse, emocionarse, aplaudir, aclamar al torero o al espectáculo en sí en donde el fin último es la tortura y muerte de los toros, los cuales desde luego sienten dolor y sufren, cuando en las corridas los pican, les clavan las banderillas ocasionándoles una muerte lenta.
¿Se considera arte y cultura y moralmente correcto el torturar animales para divertir a las personas?, ¿Se considera culturalmente sano mostrarle a los niños como algo normal actos de crueldad hacia los animales y no se piensa que esto puede afectarles en su desarrollo? En efecto, hay personas que ven este espectáculo únicamente desde el punto de vista artístico y con dimensiones estéticas y culturales y se emocionan con el acto de evadir con elegancia la embestida de un toro y todos estos aspectos, desde luego muy respetables, inclusive conozco que connotados hombres de ciencia, filósofos, intelectuales, pintores, escultores, etc. han formado parte habitual del público taurino, y que en cuestión de gustos y pasiones lo mejor es tolerarnos y respetarnos.
Por mi parte, rechazo totalmente este espectáculo aunque, como sostengo anteriormente, respeto a otra persona cuya preferencia no comparto en este tema, pero ¿por qué no se modifica la forma en que se realizan las corridas de ´toros, en donde el torero puede lucir su destreza o su arte sin necesidad de sacrificar al toro, es decir eliminando de este espectáculo la tortura y muerte del animal como creo que ya se practica en otros países?
En suma: cabe decir como Mahatma Gandhi: “La grandeza de una nación y su progreso moral pueden ser juzgados por el modo en el que se trata a sus animales”… El alma es la misma en todas las criaturas vivientes, aunque el cuerpo de cada una es diferente. Ese es el reto.
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