La Suprema Corte de Justicia de la Nación tiene el compromiso institucional de hacer efectivo el principio de igualdad y garantizar el derecho a la no discriminación, ambos previstos en los artículos primero y cuarto de la Constitución Mexicana, así como en diversos tratados internacionales ratificados por nuestro país.
En el orden nacional se aprobó la ley general de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 1 de febrero de 2007, y su reglamento; y el reglamento para el funcionamiento del sistema nacional para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres aprobado el 24 de abril de 2007. Se constituyó también el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) que tienen entre sus responsabilidades impulsar y fomentar el conocimiento y el respeto a los derechos humanos de las mujeres. La violencia contra la mujer constituye una violación a los derechos humanos y a las libertades fundamentales ya que es una ofensa a la dignidad humana, por lo que su eliminación y erradicación es condición indispensable para que se desarrolle en forma individual, social y garantice su plena e igualitaria participación en todos los ámbitos de la vida.
Aparte de lo anterior yo creo y estoy convencido, que uno de los principales deberes del Estado es modificar los patrones socioculturales de conducta para tener un nivel de educación que contrarreste prejuicios, costumbres y todo tipo de prácticas o estereotipos que exacerban la violencia contra la mujer. ¿Cómo se define la violencia contra la mujer?
La violencia contra la mujer es cualquier acción o conducta basada en su género que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, ya que toda mujer por el simple hecho de serlo, tiene derecho a una vida libre de violencia, al reconocimiento y protección de todos los derechos humanos y a las libertades consagradas en la Ley.
Pero, la realidad muestra que pesa más la construcción cultural de la diferencia sexual, lo cual obstaculiza la materialización real de la igualdad y visibiliza una realidad en la que los valores y las conductas son dejadas de lado. Por todo ello, debemos luchar para que efectivamente toda mujer ejerza libre y plenamente sus derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales y deberá contar con la total protección de los derechos consagrados en nuestra legislación. Por una vida libre llena de violencia, todos los derechos para todas las mujeres. Tiempo de mujeres…
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