/ lunes 28 de octubre de 2024

Verba luminis... palabras de luz / Día de Muertos

Los días Primero y Dos de noviembre se celebra el Día de los Muertos, una tradición que se remonta a la época prehispánica. Cabe recordar que esta celebración está considerada como patrimonio inmaterial de la humanidad y además, es un símbolo de identidad para los Mexicanos.

Esta es también una oportunidad de recogimiento y reflexión sobre el significado del mayor de los misterios que es la muerte. Todos los seres humanos estamos sujetos a la muerte. La palabra “muerte” en las sagradas escrituras, sin embargo, tiene más de un significado.

Para los cristianos, o creyentes en Jesucristo, la muerte no es el fin de la vida, si no un nuevo comienzo. Más que algo que se deba temer, es el punto de transición para una vida plena. Para los creyentes la muerte es una liberación de las aflicciones de este mundo y de un cuerpo físico, a fin de ser revestidos de vida y gloria celestiales. También se refiere a la muerte física como un sueño, indicando que la muerte es descanso del trabajo y sufrimiento terrenales, significa ir a estar con los familiares que hayan muerto antes, y es una puerta a la presencia de Dios.

También las sagradas escrituras se refieren a la muerte de los creyentes en términos consoladores. Es una entrada en la Paz y a la Gloria. Un regresar a la casa del Padre. Un viaje a la casa de muchas moradas. Una partida bendecida a fin de estar con Jesucristo en una continua presencia con el Señor. Un dormir en Cristo, una ganancia que es muchísimo mejor y el momento de recibir la corona de Justicia.

Las escrituras enseñan también lo siguiente: En el momento de la muerte, los creyentes son llevados a la presencia de cristo, además existen con plena conciencia y sienten alegría por la bondad y el amor mostrados por Dios. El cielo es como un hogar, es decir un refugio de descanso y seguridad y un lugar de comunión y compañerismo con otros creyentes. En el cielo, los creyentes fallecidos mantienen su identidad personal, no son espíritus invisibles sino que están vestidos de una forma celestial temporal. Y seguirán interesados en los propósitos de Dios en la tierra. Aún cuando al creyente le aguarda gran esperanza y alegría cuando muere, todavía se aflige cuando muere un ser querido. No existen palabras de consolación para quien sufre la pérdida de un ser amado. Es normal afligirse durante semanas o incluso meses por la muerte de alguien muy querido pero siempre será preferible para esos momentos dolorosos que atravesamos los seres humanos recibir y conocer la esperanza y la consolación que viene de la palabra de Dios revelada en las sagradas escrituras. El es la Resurrección y la vida, el camino y la verdad.

cesar.fentanesbanda@gmail.com

Los días Primero y Dos de noviembre se celebra el Día de los Muertos, una tradición que se remonta a la época prehispánica. Cabe recordar que esta celebración está considerada como patrimonio inmaterial de la humanidad y además, es un símbolo de identidad para los Mexicanos.

Esta es también una oportunidad de recogimiento y reflexión sobre el significado del mayor de los misterios que es la muerte. Todos los seres humanos estamos sujetos a la muerte. La palabra “muerte” en las sagradas escrituras, sin embargo, tiene más de un significado.

Para los cristianos, o creyentes en Jesucristo, la muerte no es el fin de la vida, si no un nuevo comienzo. Más que algo que se deba temer, es el punto de transición para una vida plena. Para los creyentes la muerte es una liberación de las aflicciones de este mundo y de un cuerpo físico, a fin de ser revestidos de vida y gloria celestiales. También se refiere a la muerte física como un sueño, indicando que la muerte es descanso del trabajo y sufrimiento terrenales, significa ir a estar con los familiares que hayan muerto antes, y es una puerta a la presencia de Dios.

También las sagradas escrituras se refieren a la muerte de los creyentes en términos consoladores. Es una entrada en la Paz y a la Gloria. Un regresar a la casa del Padre. Un viaje a la casa de muchas moradas. Una partida bendecida a fin de estar con Jesucristo en una continua presencia con el Señor. Un dormir en Cristo, una ganancia que es muchísimo mejor y el momento de recibir la corona de Justicia.

Las escrituras enseñan también lo siguiente: En el momento de la muerte, los creyentes son llevados a la presencia de cristo, además existen con plena conciencia y sienten alegría por la bondad y el amor mostrados por Dios. El cielo es como un hogar, es decir un refugio de descanso y seguridad y un lugar de comunión y compañerismo con otros creyentes. En el cielo, los creyentes fallecidos mantienen su identidad personal, no son espíritus invisibles sino que están vestidos de una forma celestial temporal. Y seguirán interesados en los propósitos de Dios en la tierra. Aún cuando al creyente le aguarda gran esperanza y alegría cuando muere, todavía se aflige cuando muere un ser querido. No existen palabras de consolación para quien sufre la pérdida de un ser amado. Es normal afligirse durante semanas o incluso meses por la muerte de alguien muy querido pero siempre será preferible para esos momentos dolorosos que atravesamos los seres humanos recibir y conocer la esperanza y la consolación que viene de la palabra de Dios revelada en las sagradas escrituras. El es la Resurrección y la vida, el camino y la verdad.

cesar.fentanesbanda@gmail.com