/ lunes 10 de junio de 2024

Verba luminis / Partidos políticos

Conforme el artículo 41 fracciones l y ll de nuestra constitución política de los Estados Unidos Mexicanos, los partidos políticos son entidades de interés público; la ley determinará las normas y requisitos para su registro legal; las formas específicas de su intervención en el proceso electoral y los derechos, obligaciones que les corresponden. Los partidos políticos tienen como fin promover la participación del pueblo en la vida democrática, entre otros que el propio ordenamiento constitucional dispone.

Conforme al orden constitucional, éste descansa en el llamado pluripartidismo y se mantiene como la expresión democrática más eficaz del régimen político mexicano. Los partidos son el vínculo político por excelencia entre los electores y sus gobiernos; son la respuesta al reto de constituir gobiernos que respondan los intereses de las sociedades complejas de nuestros días.

Sin los partidos políticos no es posible fortalecer las democracias. Hasta el día de hoy, no hay más gobierno democrático que el de carácter representativo, no hay mejor representación política que la fundada en los partidos. En una democracia moderna no es posible ni deseable construir acuerdos políticos fundamentales al margen de los partidos.

El llamado pluripartidismo debe reflejar las corrientes ideológicas más destacadas de México. Su evolución muestra las bondades de un proceso de reforma política que ha abierto nuevos cauces a la vida cívica y se encuentra en un permanente proceso que ha logrado avances sustantivos en los últimos años.

Sin embargo es preciso seguir insistiendo en que existan riesgos de sobrevenir un exceso de partidos políticos, y esto erosiona y eclipsa no solo la participación ciudadana si no que se vulnera la soberanía popular y en consecuencia se mutila la propia estructura de la nación.

A la fecha existe ese riesgo. En este pasado proceso electoral y de acuerdo a los datos proporcionados por el Instituto Nacional Electoral (INE), existen partidos políticos que perderán su registro.

Además de que según los datos que arrojan los conteos rápidos para la renovación de la Cámara de Diputados y Senadores existen los riesgos de la sobre representación y de la pulverización de la voluntad popular, lo que resulta de los aspectos negativos de este pluripartidismo.

Es cierto que la sociedad se ha vuelto cada día más compleja y en consecuencia más diversificada, para estructurarla de forma adecuada y hacerla funcionar mejor se requiere que los diferentes grupos que compone la sociedad estén debidamente representados en el órgano político representativo por excelencia que es la Cámara de Diputados y los partidos políticos representan fuerzas integrantes de la voluntad nacional. Sus intereses y sus planteamientos deben ser conocidos y reconocidos tanto el gobierno por la sociedad, vivimos en una sociedad plural que es el fundamento del régimen pluripartidista. Pero no debe abusarse. Ese es el reto.

cesar.fentanesbanda@gmail.com

Conforme el artículo 41 fracciones l y ll de nuestra constitución política de los Estados Unidos Mexicanos, los partidos políticos son entidades de interés público; la ley determinará las normas y requisitos para su registro legal; las formas específicas de su intervención en el proceso electoral y los derechos, obligaciones que les corresponden. Los partidos políticos tienen como fin promover la participación del pueblo en la vida democrática, entre otros que el propio ordenamiento constitucional dispone.

Conforme al orden constitucional, éste descansa en el llamado pluripartidismo y se mantiene como la expresión democrática más eficaz del régimen político mexicano. Los partidos son el vínculo político por excelencia entre los electores y sus gobiernos; son la respuesta al reto de constituir gobiernos que respondan los intereses de las sociedades complejas de nuestros días.

Sin los partidos políticos no es posible fortalecer las democracias. Hasta el día de hoy, no hay más gobierno democrático que el de carácter representativo, no hay mejor representación política que la fundada en los partidos. En una democracia moderna no es posible ni deseable construir acuerdos políticos fundamentales al margen de los partidos.

El llamado pluripartidismo debe reflejar las corrientes ideológicas más destacadas de México. Su evolución muestra las bondades de un proceso de reforma política que ha abierto nuevos cauces a la vida cívica y se encuentra en un permanente proceso que ha logrado avances sustantivos en los últimos años.

Sin embargo es preciso seguir insistiendo en que existan riesgos de sobrevenir un exceso de partidos políticos, y esto erosiona y eclipsa no solo la participación ciudadana si no que se vulnera la soberanía popular y en consecuencia se mutila la propia estructura de la nación.

A la fecha existe ese riesgo. En este pasado proceso electoral y de acuerdo a los datos proporcionados por el Instituto Nacional Electoral (INE), existen partidos políticos que perderán su registro.

Además de que según los datos que arrojan los conteos rápidos para la renovación de la Cámara de Diputados y Senadores existen los riesgos de la sobre representación y de la pulverización de la voluntad popular, lo que resulta de los aspectos negativos de este pluripartidismo.

Es cierto que la sociedad se ha vuelto cada día más compleja y en consecuencia más diversificada, para estructurarla de forma adecuada y hacerla funcionar mejor se requiere que los diferentes grupos que compone la sociedad estén debidamente representados en el órgano político representativo por excelencia que es la Cámara de Diputados y los partidos políticos representan fuerzas integrantes de la voluntad nacional. Sus intereses y sus planteamientos deben ser conocidos y reconocidos tanto el gobierno por la sociedad, vivimos en una sociedad plural que es el fundamento del régimen pluripartidista. Pero no debe abusarse. Ese es el reto.

cesar.fentanesbanda@gmail.com