/ lunes 18 de septiembre de 2023

Verba luminis | El agua… ¿Asunto de difícil solución?

Nuevamente el asunto del agua se pone sobre la mesa en los órdenes de gobierno del estado de Tamaulipas. De pésima calidad, pero esto también sucede en diversos estados de la república. ¿Y qué podemos hacer nosotros en lo personal y en lo individual? Desde mi punto de vista, cuidar el consumo del agua.


El agua, en efecto se vuelve cada vez más escasa tanto en volumen como en calidad. Este problema que vivimos trasciende el ámbito de competencia de una institución o dependencia pública, de un grupo social o económico. El cuidado del agua requiere de la colaboración activa y responsable de todos los sectores de sociedad y gobierno. Debemos fomentar una cultura del cuidado responsable del uso del agua que incluya desde los niños a las familias. Cada ciudadano debe estar consciente que muchas pequeñas acciones cotidianas dependen en general de la mejoría al problema del abasto del agua. Solo con un esfuerzo corresponsable se alcanzarán estos propósitos. Todo esfuerzo que emprendamos hoy, toda medida eficaz que hagamos ahora, será benéfica para nuestra salud y la de nuestras familias.

Este problema también se acentúa por el mal estado de la infraestructura de distribución del agua que provoca fugas en altos porcentajes del agua abastecida, así como los sistemas de cobranza del agua que no estimulan su ahorro. Además en el marco de una adecuada normatividad los gobiernos tanto estatal como municipal deben alentar las inversiones del sector privado mediante esquemas de contratación de servicios de operación, mantenimiento y rehabilitación de redes de distribución, instalación, lectura y medidores, en un sistema de cobranza justo, sobre todo si la tarifa es baja en los niveles de consumo necesario para abastecer las necesidades familiares básicas. Lo anterior debe ser complementado con la estricta aplicación de normas para sancionar a quienes hagan mal uso del agua, no tengan el cuidado necesario, cultura que debe empezar por los hogares, además de desarrollar programas educativos para poder analizar, identificar, fomentar una mayor educación en materia del cuidado del agua para incrementar la conciencia de la ciudadanía.

Todo gobierno tiene como responsabilidad principal satisfacer las necesidades humanas. Sus objetivos de desarrollo deben incluir no solo el aliento de una mayor prosperidad y mejores condiciones sociales sino proveer un ambiente estimulante y saludable para sus habitantes, como agua potable suficiente, buenos drenajes servicios eficaces, calles pavimentadas y otras formas de servicios e infraestructura para la salud y para una base económica próspera.

Por ello, considero que independientemente de cuestiones partidarias o políticas, se emprenda la participación ciudadana activa y en el pleno ejercicio de sus derechos y responsabilidades, para cuidar el agua, el cual es un derecho humano, pero también debemos tener el firme compromiso de cuidarla, haciendo un uso responsable de la misma, lo que redundará en beneficio de la salud y seguridad social. El agua es un componente esencial para lograrlo. Sociedad y gobierno unidos, así como ciudadanos con conciencia y cultura cuidaremos del vital líquido necesario para la salud. Además este es un derecho humano consagrado en nuestra constitución y en tratados internacionales. Cuidemos el agua. Ese es el reto.


Nuevamente el asunto del agua se pone sobre la mesa en los órdenes de gobierno del estado de Tamaulipas. De pésima calidad, pero esto también sucede en diversos estados de la república. ¿Y qué podemos hacer nosotros en lo personal y en lo individual? Desde mi punto de vista, cuidar el consumo del agua.


El agua, en efecto se vuelve cada vez más escasa tanto en volumen como en calidad. Este problema que vivimos trasciende el ámbito de competencia de una institución o dependencia pública, de un grupo social o económico. El cuidado del agua requiere de la colaboración activa y responsable de todos los sectores de sociedad y gobierno. Debemos fomentar una cultura del cuidado responsable del uso del agua que incluya desde los niños a las familias. Cada ciudadano debe estar consciente que muchas pequeñas acciones cotidianas dependen en general de la mejoría al problema del abasto del agua. Solo con un esfuerzo corresponsable se alcanzarán estos propósitos. Todo esfuerzo que emprendamos hoy, toda medida eficaz que hagamos ahora, será benéfica para nuestra salud y la de nuestras familias.

Este problema también se acentúa por el mal estado de la infraestructura de distribución del agua que provoca fugas en altos porcentajes del agua abastecida, así como los sistemas de cobranza del agua que no estimulan su ahorro. Además en el marco de una adecuada normatividad los gobiernos tanto estatal como municipal deben alentar las inversiones del sector privado mediante esquemas de contratación de servicios de operación, mantenimiento y rehabilitación de redes de distribución, instalación, lectura y medidores, en un sistema de cobranza justo, sobre todo si la tarifa es baja en los niveles de consumo necesario para abastecer las necesidades familiares básicas. Lo anterior debe ser complementado con la estricta aplicación de normas para sancionar a quienes hagan mal uso del agua, no tengan el cuidado necesario, cultura que debe empezar por los hogares, además de desarrollar programas educativos para poder analizar, identificar, fomentar una mayor educación en materia del cuidado del agua para incrementar la conciencia de la ciudadanía.

Todo gobierno tiene como responsabilidad principal satisfacer las necesidades humanas. Sus objetivos de desarrollo deben incluir no solo el aliento de una mayor prosperidad y mejores condiciones sociales sino proveer un ambiente estimulante y saludable para sus habitantes, como agua potable suficiente, buenos drenajes servicios eficaces, calles pavimentadas y otras formas de servicios e infraestructura para la salud y para una base económica próspera.

Por ello, considero que independientemente de cuestiones partidarias o políticas, se emprenda la participación ciudadana activa y en el pleno ejercicio de sus derechos y responsabilidades, para cuidar el agua, el cual es un derecho humano, pero también debemos tener el firme compromiso de cuidarla, haciendo un uso responsable de la misma, lo que redundará en beneficio de la salud y seguridad social. El agua es un componente esencial para lograrlo. Sociedad y gobierno unidos, así como ciudadanos con conciencia y cultura cuidaremos del vital líquido necesario para la salud. Además este es un derecho humano consagrado en nuestra constitución y en tratados internacionales. Cuidemos el agua. Ese es el reto.