En el marco del Día Internacional de la Diabetes, esta editorial busca reflexionar sobre la evolución del tratamiento de la diabetes. Durante años, el enfoque principal ha sido el control de la glucosa, pero en la actualidad se dirige cada vez más hacia la reducción del riesgo cardiovascular.
En este aniversario de la lucha contra la diabetes, es fundamental destacar los avances en el tratamiento, especialmente con el uso de agonistas del receptor de GLP-1 e inhibidores de SGLT-2, que representan un cambio de paradigma en el manejo de esta enfermedad. Estos grupos de fármacos no sólo contribuyen al control de la glucosa, sino que también reducen el riesgo cardiovascular, lo cual es un avance importante en la prevención de complicaciones graves.
Los agonistas del receptor de GLP-1 (péptido similar al glucagón tipo 1) son medicamentos que imitan la acción de una hormona intestinal que regula los niveles de insulina y glucagón en la sangre, logrando así una reducción efectiva de la glucosa en sangre. Además, estos fármacos favorecen la pérdida de peso, lo cual se asocia a una reducción del riesgo cardiovascular.
Por su parte, los inhibidores de SGLT-2 (cotransportador sodio-glucosa tipo 2) actúan de una manera distinta. Estos medicamentos permiten eliminar la glucosa a través de la orina junto con una cantidad de agua, lo cual contribuye al control de la diabetes tipo 2. Además, se ha demostrado que los inhibidores de SGLT-2 ayudan a mejorar el manejo de la insuficiencia cardíaca, incluso en personas sin diabetes, ya reduce el riesgo de insuficiencia renal, una de las complicaciones más temidas de la diabetes.
Como hemos mencionado, el manejo de la diabetes ya no se centra únicamente en el control glucémico, sino que actualmente también se enfoca en la salud cardiovascular. Estudios en personas con diabetes tipo 2 han demostrado que tanto los inhibidores de SGLT-2 como los agonistas de GLP-1 reducen el riesgo de eventos cardiovasculares, como infartos y accidentes cerebrovasculares. Este logro es significativo, ya que, históricamente, las opciones para reducir estos riesgos se limitaban al control de la presión arterial, el uso de aspirina y estatinas.
En el futuro, los tratamientos de precisión permitirán una atención más personalizada y eficaz. Sin embargo, uno de los desafíos más importantes es la brecha en el acceso a estos medicamentos para aquellas personas que no pueden costarlos. Es crucial realizar cambios en las políticas y en la cultura de salud para que estos tratamientos sean accesibles a todas las personas en riesgo cardiovascular. La combinación de tratamientos tradicionales y terapias nuevas puede ofrecer los mejores resultados posibles.
La diabetes sigue siendo una condición compleja que requiere aprovechar al máximo los avances que no solo reducen la glucosa en sangre, sino que también disminuyen el riesgo cardiovascular y, en consecuencia, la mortalidad en las personas que viven con esta enfermedad. Las nuevas terapias, como los inhibidores de SGLT-2 y los análogos del receptor de GLP-1, ofrecen beneficios adicionales tanto a nivel cardiovascular como renal, lo que representa una esperanza para millones de personas. Desde aquí, invitamos a los lectores a informarse adecuadamente ya consultar siempre con su equipo médico sobre las opciones de tratamiento que les permiten llevar una vida larga y saludable. Como señala la Federación Internacional de Diabetes en su lema para 2024: “Para una mejor vida con diabetes, miremos más allá de la glucemia”.