Después de la zozobra en la que vivimos los últimos días, por la llegada de la tormenta tropical "Alberto", que dicen que sí entró por aquí, pero no llovió; tenemos hoy temas importantes para todos o que al menos deberían serlo.
No hay duda y no deberíamos tenerla, de que “haiga sido como haiga sido” la mayoría de los que acudimos a las urnas este dos de junio, votamos por la continuidad. Y esa es una de las reglas de la democracia. Se gana y se pierde. Es lamentable, sin duda, que hayamos tenido un porcentaje de abstencionismo de 40 por ciento, que nos impide saber qué piensan los que no fueron y qué nos aleja del compromiso que los ciudadanos tenemos.
Es por ese resultado que debemos hacernos la pregunta que hoy les planteo, ¿tener la mayoría es tener la razón?
Desde hace días hay una intención clara de cambiar la Constitución, en uno de sus aspectos para mí, estudiosa del derecho, claves. La división de poderes y en estos momentos a la consulta que hicieron por encuesta y en los que habrá foros respecto a la votación de ministros de la Corte, magistrados y jueces por ahora, federales. El poder Judicial pues. ¿A quién deben obedecer los jueces? A la ley, no a los ciudadanos.
La pregunta que pongo sobre la mesa me la inoculó en el cerebro la formidable participación de mi amiga Beatriz Paredes, que con esa claridad que solo ella puede expresar dijo: palabras más o palabras menos, como respuesta al argumento que el pueblo les había dado la mayoría.
“Yo estuve más de treinta años en la mayoría y jamás usé la mayoría como una razón”.
Pretender que no es necesario el diálogo, el acuerdo con los millones que no optaron por ser mayoría, en un país tan confrontado solo habla de dos Méxicos, en lugar de unirlos. No ser generoso en la victoria es tan grave como no reconocer la derrota.
Y lo mas grave es la demostración diaria y constante del desprecio que siente esa mayoría para los que no piensan como ellos.
Los ciudadanos esperamos argumentos, soluciones, acuerdos sobre los grandes problemas que enfrentamos, no sólo esa respuesta que solo muestra intolerancia.
Estoy segura, porque conozco a muchos que hay en la mayoría, personas que tienen argumentos, que piensan y que tienen soluciones. Que tienen con qué, no sólo vencer sino convencer.
Hago votos porque encontremos en el argumento, en las ideas, en la experiencia, la explicación de lo que se decidirá. Nos lo merecemos, somos mexicanos todos y queremos construir muchos, junto con ustedes un país mejor. Mas justo y más tolerante.