“Polvo eres, y en polvo te convertirás".
Dice el cura, haciendo la señal de la cruz con ceniza en la frente de los fieles, para recordarles humildad y la fragilidad de la existencia humana.
El carnaval como celebración anual deriva de las fiestas de Saturnalia (en honor a Saturno), sin embargo, hay vestigios de estas fiestas en todos los pueblos desde la más remota antigüedad, los griegos lo celebraban como fiestas Dionisio y al Dios Momo Rey de la burla.
Por lo que hace a la etimología de la palabra “Carnaval”, hay muchas versiones basadas en la raíz latina de la palabra CARNAVAL (de carne y levare quitar), se supone que es el disfrute de la carne, y que da paso a cuarenta días de abstinencia y ayunos, que empiezan el miércoles de ceniza.
También entre las costumbres de la celebración de estas fiestas se confundía un culto religioso de fiestas a los muertos, los personajes se vestían de blanco y se cubrían el rostro con una máscara.
En fin, aunque no se tenga una certeza sobre el origen del “Carnaval” podemos decir que esas festividades se han convertido en parte importante de la cultura popular de diferentes regiones de nuestro país y del mundo, que para algunos está motivado por una intención religiosa y para otros de diversión o cultura, lo cierto es que es una manera de olvidar las preocupaciones por unos días participando en un mundo lleno de colores, baile y alegría, escondiendo tras una máscara o careta los problemas cotidianos, transformándonos en payasos, arlequines o demonios, que solo existen en nuestra imaginación.
La costumbre de festejar el Carnaval se ha generalizado en el mundo entero. En nuestro país son famosos los de Mazatlán, Campeche, Mérida, Veracruz y Tampico y en otros países los de Niza, París, Venecia, Florencia y Río de Janeiro.
Cuando llega el mes de febrero no se puede menos que recordar los alegres carnavales en nuestro Tampico Hermoso cuyo paseo tenía lugar en las principales calles del Centro Histórico pasando por la Plaza de Armas, por el correo y regresando por la catedral, la alegría era general con orquestas en cada esquina además de los centros de diversión de ese tiempo, la Gruta Azul, el Hotel Imperial, el Hotel Inglaterra y la Ballena frente al Rio Panuco.
Nuestro Tampico Hermoso tuvo su época carnavalera de importancia, famosa en su tiempo y conocida en todas partes.
Los carnavales de Tampico entusiasmaban e involucraban a la sociedad entera, o como dice el poeta “JUNTOS EL RICO, EL POBRE Y EL VILLANO, JUNTOS SE DAN LA MANO, Y SIGUE LA FIESTA”.
La animación empezaba con la elección de Reyna por diferentes comités, que apasionadamente deseaban que su candidata fuera elegida.
El entierro del mal humor en vísperas de las fiestas se hacía paseando en un ataúd al mal humor, lo cual era señal de que la alegría debía comenzar.
El desfile daría lugar en el primer cuadro de nuestra ciudad, los carros alegóricos de las principales firmas comerciales desfilaban hasta el amanecer, las colonias Árabe, Española, China y Americana, Alijadores y Pemex competían amistosamente entre sí por el mejor carro.
Comparsas de jóvenes entusiastas bellamente ataviados escenificaban bailes por las calles contagiando su alegría y ritmo a los espectadores apiñados a su paso.
En los centros nocturnos de los principales hoteles resonaban las orquestas, invitando al baile y a la alegría a quien quisiere hacerlo.
La coronación por lo general tenía lugar en un amplio espacio conocido como la “Ballena”, junto al río y frente al edificio de la Aduana Marítima.. .