En un tenso ambiente político se llevaron a cabo las elecciones a mediados de 1910, con todas las irregularidades de suponerse (¿En dónde he oído esto?). El Congreso formado por porfiristas dictaminó que habían triunfado el General Díaz y el señor Corral para la Presidencia y Vicepresidencia, respectivamente, concluyendo su periodo en 1916.
Convencido Madero de que toda solución pacífica era imposible, se escapa de San Luis Potosí, en donde debía permanecer de acuerdo a un proceso seguido en su contra hacia la ciudad de San Antonio, Texas; proclamando ahí el Plan de San Luis de 5 de octubre de 1910.
"HACIÉNDOME ECO DE LA VOLUNTAD NACIONAL, DECLARO ILEGALES LAS ELECCIONES PASADAS QUEDANDO POR TAL MOTIVO LA REPÚBLICA SIN GOBERNANTE LEGÍTIMO, (¿En dónde he oído esto?): POR LO QUE ASUMO PROVISIONALMENTE LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA MIENTRAS EL PUEBLO DESIGNE CONFORME A LA LEY A SUS REPRESENTANTES". En el artículo séptimo del mismo Plan se señalaba: “el día 20 de noviembre desde las 6 de la tarde todos los ciudadanos tomarán las armas para arrojar del poder a los que actualmente gobiernan”.
20 de Noviembre, fin de una época de despotismo ilustrado por una clase privilegiada en perjuicio del pueblo (los que menos tienen), debía recordarse por todos los mexicanos como fecha gloriosa del inicio de las libertades y democracia del pueblo mexicano. Desgraciadamente lo único que se le ocurre a nuestros representantes es celebrar dos 20 de Noviembre, para así poder holgar tranquilamente sin importarles la terrible y triste realidad que vive nuestro país.
REGISTRANDO LA HISTORIA
"El General Díaz expresó al periodista norteamericano, que en su opinión el pueblo mexicano ya estaba para la democracia, él prometía retirarse a la vida privada, cuando concluyese su periodo de gobierno, -he esperado con paciencia (dijo), el día que el pueblo de México estuviera preparado para elecciones sin peligro, sin revoluciones armadas, sin perjuicio al crédito nacional, sin estorbar el progreso del país. Creo que ese día ha llegado.-
Si en nuestra República, dijo, llegase a surgir un partido de oposición, lo tomaría como una bendición y no como un mal, y si ese partido se preocupara por dirigir el progreso de México yo lo apoyaría y aconsejaría".
Periodista James Creelman redactor del Pearson’s Magazine Marzo 1908