/ viernes 26 de julio de 2019

¿Quién era Raúl para quitarle el 7 a Butragueño?... Raúl era el tiempo.

Ahora ¿qué le diré a mi familia? Preguntó el Buitre a Valdano, que decidió darle el 7 a un desconocido

Michel Platini está considerado como uno de los grandes jugadores de todos los tiempos. Si es cierto que cada país necesita una gran figura para que su futbol se sitúe en el primer plano mundial, la aparición de Michel Platini en el balompié galo coincidió con el regreso de Francia a los Mundiales de 1978, 1982 y 1986. Alto, delgado, flemático, desde sus comienzos se caracterizó por una gran técnica, por su maestría en la conducción del juego y por su portentosa habilidad en los lanzamientos de tiros francos. Comenzó a jugar en el equipo Jouef, la ciudad en la que nació en 1955. Siempre como interior, pasó al Nancy Lorraine, con el que debutó en la Primera División francesa a los 18 años y, de este equipo fue transferido a los verdes de Saint Etienne.

Titular de la selección francesa desde 1976, se destacó defendiendo los colores del Juventus de Turín, en donde se convirtió en jugador y goleador en la Liga donde más difícil es meter goles, logrando ganar el título de goleo en dos ocasiones consecutivas no siendo jugador de área. La historia del futbol mundial lo tiene clasificado como el mejor pasador de todos los tiempos. A la fronda de su buen juego aparecieron futbolistas de gran categoría como el polaco Zbigniew Boniek y el checo Pavel Nedved.

Luis Suárez, durante mucho tiempo considerado el mejor jugador español, hasta que apareció Raúl González. La galería de famosos jugadores españoles se enriqueció con la aportación de Luis Suárez, nacido en La Coruña en 1935. Su ansiedad por jugar en el futbol profesional se vio frenada por una regla existente por aquellos años en el futbol de España, en donde era requisito contar con 17 años para ello. Suárez ocupó desde el principio el puesto de interior izquierdo en el equipo del Deportivo La Coruña, en donde jugó unos pocos meses, pues el Barcelona, atento a las nuevas figuras, lo incorporó a sus filas en la temporada 1953-54. Durante los ocho años en el Barcelona, conquistó varios trofeos: 2 Campeonatos de Liga, 2 Campeonatos de Copa y 2 Copas de Ferias.

Luis Suárez era un gran trabajador del futbol y sus características harto efectivas no eran nece-sariamente espectaculares, aunque sí las propias de un magnífico jugador. En 1961, el Inter de Milán lo integró a sus filas a cambio de una fuerte inversión. En la etapa italiana Suárez también logró varios trofeos nacionales e internacionales: Tres Ligas, dos Copas de Europa y 2 Copas Intercontinentales, en ambas oportunidades, ante el Independiente de Argentina. En la temporada 1960-61 recibió el Balón de Oro. Suarez representó a España en tres mundiales. Tuvo una destacada participación en el logro de la Eurocopa de Naciones de 1964 ganada por España al vencer a la Urss por 2-1. Sus excelentes actuaciones en el Inter de Milán las logró jugando en una posición un poco más atrasada de la que ocupaba anteriormente en el Barcelona, entendiéndose muy bien con su compañero italiano Corso. En 1970 pasó al Sampdoria, que era un equipo de mediana categoría, en donde jugaría hasta 1974, iniciando su trabajo como entrenador con los juveniles del Génova a los que preparó en la temporada 1974-75. De aquí saltó al Inter de Milán para entrenarlo la temporada 1976-77. En ese tiempo sus logros fueron muy buenos. Luego Suárez fue solicitado por el Cagliari en donde se desplazó para ejercer la temporada 1977-78.

Corría el año 1979 cuando Suárez decidió volver a su país, en donde fue recibido con los brazos abiertos, siendo nombrado entrenador de la selección nacional Sub-21, Sub-23 y la selección “B”. Esta tarea la desarrolló como colaborador del seleccionador nacional, José Emilio Santamaría. La misión de Luis consistía en preparar una selección que, junto a la principal, orientaría toda su actuación en vista del Campeonato Mundial España 1982.

Analizando su rico historial se observa cómo Suárez desarrolló una campaña más espectacular en Italia.

El Inter en que militó era el gran Inter de los años 60. Alfredo Di Stéfano apodó a Suárez en aquella época “El Arquitecto” en honor a las geometrías de su inconfundible juego que con elegancia daba los resultados esperados. Es inevitable mencionar cifras que hablan de la efectividad de Suárez, como los 256 partidos jugados en los 9 campeonatos que disputó en las filas del Inter y los 42 goles que consiguió en ese tiempo; o los 63 jugados con el Sampdoria en donde logró 9 goles. De península y península, de continente en continente, Luis Suárez paseó la prestancia de su juego por todos los estadios. Encuentro muy parecido el juego de Xavi Hernández al de Suárez; sin embargo, al recordar aquellos larguísimos y precisos pases largos de Luis, pienso que no hay otro que lo iguale, sobre todo considerando que jugó con el balón pesado de aquel tiempo... Como observara Juan Villoro en su libro “Dios es redondo” ¿Quién era Raúl para quitarle el 7 al “Buitre”? Raúl era el tiempo.

Hasta pronto amigo.

Ahora ¿qué le diré a mi familia? Preguntó el Buitre a Valdano, que decidió darle el 7 a un desconocido

Michel Platini está considerado como uno de los grandes jugadores de todos los tiempos. Si es cierto que cada país necesita una gran figura para que su futbol se sitúe en el primer plano mundial, la aparición de Michel Platini en el balompié galo coincidió con el regreso de Francia a los Mundiales de 1978, 1982 y 1986. Alto, delgado, flemático, desde sus comienzos se caracterizó por una gran técnica, por su maestría en la conducción del juego y por su portentosa habilidad en los lanzamientos de tiros francos. Comenzó a jugar en el equipo Jouef, la ciudad en la que nació en 1955. Siempre como interior, pasó al Nancy Lorraine, con el que debutó en la Primera División francesa a los 18 años y, de este equipo fue transferido a los verdes de Saint Etienne.

Titular de la selección francesa desde 1976, se destacó defendiendo los colores del Juventus de Turín, en donde se convirtió en jugador y goleador en la Liga donde más difícil es meter goles, logrando ganar el título de goleo en dos ocasiones consecutivas no siendo jugador de área. La historia del futbol mundial lo tiene clasificado como el mejor pasador de todos los tiempos. A la fronda de su buen juego aparecieron futbolistas de gran categoría como el polaco Zbigniew Boniek y el checo Pavel Nedved.

Luis Suárez, durante mucho tiempo considerado el mejor jugador español, hasta que apareció Raúl González. La galería de famosos jugadores españoles se enriqueció con la aportación de Luis Suárez, nacido en La Coruña en 1935. Su ansiedad por jugar en el futbol profesional se vio frenada por una regla existente por aquellos años en el futbol de España, en donde era requisito contar con 17 años para ello. Suárez ocupó desde el principio el puesto de interior izquierdo en el equipo del Deportivo La Coruña, en donde jugó unos pocos meses, pues el Barcelona, atento a las nuevas figuras, lo incorporó a sus filas en la temporada 1953-54. Durante los ocho años en el Barcelona, conquistó varios trofeos: 2 Campeonatos de Liga, 2 Campeonatos de Copa y 2 Copas de Ferias.

Luis Suárez era un gran trabajador del futbol y sus características harto efectivas no eran nece-sariamente espectaculares, aunque sí las propias de un magnífico jugador. En 1961, el Inter de Milán lo integró a sus filas a cambio de una fuerte inversión. En la etapa italiana Suárez también logró varios trofeos nacionales e internacionales: Tres Ligas, dos Copas de Europa y 2 Copas Intercontinentales, en ambas oportunidades, ante el Independiente de Argentina. En la temporada 1960-61 recibió el Balón de Oro. Suarez representó a España en tres mundiales. Tuvo una destacada participación en el logro de la Eurocopa de Naciones de 1964 ganada por España al vencer a la Urss por 2-1. Sus excelentes actuaciones en el Inter de Milán las logró jugando en una posición un poco más atrasada de la que ocupaba anteriormente en el Barcelona, entendiéndose muy bien con su compañero italiano Corso. En 1970 pasó al Sampdoria, que era un equipo de mediana categoría, en donde jugaría hasta 1974, iniciando su trabajo como entrenador con los juveniles del Génova a los que preparó en la temporada 1974-75. De aquí saltó al Inter de Milán para entrenarlo la temporada 1976-77. En ese tiempo sus logros fueron muy buenos. Luego Suárez fue solicitado por el Cagliari en donde se desplazó para ejercer la temporada 1977-78.

Corría el año 1979 cuando Suárez decidió volver a su país, en donde fue recibido con los brazos abiertos, siendo nombrado entrenador de la selección nacional Sub-21, Sub-23 y la selección “B”. Esta tarea la desarrolló como colaborador del seleccionador nacional, José Emilio Santamaría. La misión de Luis consistía en preparar una selección que, junto a la principal, orientaría toda su actuación en vista del Campeonato Mundial España 1982.

Analizando su rico historial se observa cómo Suárez desarrolló una campaña más espectacular en Italia.

El Inter en que militó era el gran Inter de los años 60. Alfredo Di Stéfano apodó a Suárez en aquella época “El Arquitecto” en honor a las geometrías de su inconfundible juego que con elegancia daba los resultados esperados. Es inevitable mencionar cifras que hablan de la efectividad de Suárez, como los 256 partidos jugados en los 9 campeonatos que disputó en las filas del Inter y los 42 goles que consiguió en ese tiempo; o los 63 jugados con el Sampdoria en donde logró 9 goles. De península y península, de continente en continente, Luis Suárez paseó la prestancia de su juego por todos los estadios. Encuentro muy parecido el juego de Xavi Hernández al de Suárez; sin embargo, al recordar aquellos larguísimos y precisos pases largos de Luis, pienso que no hay otro que lo iguale, sobre todo considerando que jugó con el balón pesado de aquel tiempo... Como observara Juan Villoro en su libro “Dios es redondo” ¿Quién era Raúl para quitarle el 7 al “Buitre”? Raúl era el tiempo.

Hasta pronto amigo.