Los “groomers” son individuos que participan en un comportamiento en línea altamente inapropiado y peligroso. Estas personas buscan establecer relaciones con menores en la red con el objetivo de explotarlos, ya sea sexualmente o de otras maneras perjudiciales. Este tipo de actividad es ilegal y profundamente dañina para los jóvenes que pudieran ser sus víctimas.
En la era digital, nuestros jóvenes han crecido inmersos en un mundo de conexiones en línea, redes sociales y acceso a información al alcance de tan solo un clic. Esta revolución tecnológica ha traído consigo numerosos beneficios, pero también un riesgo que no podemos ignorar: el grooming en línea. El grooming es una herramienta recurrente entre quienes abusan sexualmente de menores. Se trata de una serie de comportamientos manipuladores que el abusador utiliza para obtener acceso a una víctima potencial, obligarla a aceptar el abuso y reducir el riesgo de ser descubierto. Si bien es cierto que esas tácticas se utilizan con mayor frecuencia contra las infancias, los adolescentes y los adultos vulnerables también corren riesgo.
La preparación puede realizarse en línea o de manera presencial. Generalmente lo emplea un miembro de la familia u otra persona en el círculo de confianza de la víctima, como puede ser un entrenador, un maestro, un miembro de la iglesia, un líder de un grupo juvenil u otras personas que de manera natural tienen una interacción con la víctima.
Aunque el grooming adopta diversas formas, a menudo sigue un patrón similar:
Los abusadores a menudo observan a posibles víctimas y las seleccionan basándose en la facilidad de acceso o en su vulnerabilidad. Intentarán separar física o emocionalmente a la víctima de quienes la protegen y, con frecuencia, buscarán posiciones en las que tengan contacto con menores. Luego intentarán ganar la confianza de la víctima potencial a través de obsequios, atención, compartiendo “secretos” y otros medios para hacerle sentir que tienen una relación afectuosa y entrenarlos para mantener la relación en secreto. Los abusadores comienzan a tocar a la víctima de maneras que parecieran inofensivas, como abrazos, luchas cosquillas, para después escalar a un contacto cada vez más sexual, como masajes o duchas juntos. Es posible que puedan mostrarle pornografía o discutir temas sexuales para introducir la idea tener relaciones. Intentarán que su comportamiento parezca natural para evitar sospechas.
Netflix estrenó la semana pasada el documental “La oscuridad de La Luz del Mundo”, en el que “algunas sobrevivientes comparten sus historias de abuso que padecieron por parte de tres generaciones de líderes de la iglesia La Luz del Mundo. Alondra Ocampo es una de las mujeres acusada de preparar a adolescentes (grooming) para el placer sexual del líder de la iglesia. En su juicio alegó que ella también fue una víctima. Ocampo fue violada a los 8 años por Samuel Joaquín Flores, líder en ese entonces de La Luz del Mundo. Los fiscales han descrito a Ocampo como alguien que preparaba a niñas que luego fueron agredidas sexualmente por García y obligaba a menores a sesiones fotográficas porno en habitaciones de hotel. Se ha dicho que a las presuntas víctimas se les dijo que si iban en contra de los deseos de García como apóstol, estaban yendo en contra de Dios.
La sinopsis oficial del documental dice: “En 2019, Naasón Joaquín García, líder de la Iglesia de La Luz del Mundo y autoproclamado ‘apóstol de Jesucristo’, fue arrestado en Estados Unidos acusado de 26 cargos, incluido tráfico de personas, violación y pornografía infantil.
La noticia desató una larga batalla entre múltiples denunciantes que buscaban justicia y una congregación que defendía firmemente a su líder. Este documental es un relato profundo e íntimo a través de las voces de miembros y exmiembros de la iglesia. Por primera vez se escuchará el testimonio de mujeres que decidieron denunciar a las autoridades que sufrieron en nombre de la fe, dejando atrás lo que creían, y enfrentándose al poderoso apóstol y a la iglesia que un día significó todo para ellas”.
Cinco mujeres, conocidas sólo como “Jane Does”, presentaron una demanda contra La Luz del Mundo y Naasón Joaquín García. Acusaron a los líderes de preparar y abusar de múltiples víctimas femeninas.
Desde que eran niñas, las mujeres “fueron obligadas rutinariamente” a creer que “los deseos y anhelos de García eran órdenes directas de Dios, que él no tenía pecado y era incapaz de cometer ningún mal”, según lo denunciado. Los abogados de la demanda alegan que a las mujeres se les hizo creer que desobedecer a García “conduciría a consecuencias catastróficas que incluyen, entre otras, condena eterna, tragedia indescriptible, infertilidad y otros innumerables daños” para las mujeres y sus familias.
Las mujeres, según la demanda, creían en la doctrina de la iglesia y que su “salvación eterna dependía de que hicieran lo que el Apóstol les ordenaba y lo mantuvieran feliz”. En varias ocasiones, García abusó sexualmente de las mujeres, incluidos, entre otros, besos, caricias y tocamientos sexuales a menores de edad.
García instruyó a Ocampo, Oaxaca y Rangel, así como a otros ministros de La Luz del Mundo, a “adoctrinar y lavar el cerebro aún más” a las mujeres “por cualquier medio necesario”, como recordarles el “poder ilimitado” de García y las “consecuencias catastróficas” de negar sus deseos. Todo lo anterior describe el proceso de “grooming”, en este terrible caso, a cargo de mujeres que antes habían sido preparadas para aceptar las incursiones sexuales del líder eclesiástico. Se trata de un caso que abarca prácticamente un siglo, en el que el abuelo, el padre y el hijo, líderes de esa iglesia abusaron sexualmente de cientos de mujeres a lo largo del mundo en donde tenían presencia y dominio.
La sentencia es absurdamente irrisoria, casi 17 años de prisión, tras de conseguir un acuerdo al declararse culpable de dos cargos de cópula oral forzada con menores y un cargo de acto lascivo contra un niño de 15 años. Con eso, los fiscales retiraron otras acusaciones de violación de niñas y mujeres, así como de trata de personas para producir pornografía infantil.
Como puedes darte cuenta, el impacto del “grooming” es desgarrador. Las consecuencias emocionales, psicológicas y físicas pueden ser devastadoras para los jóvenes involucrados. Como sociedad, debemos asumir la responsabilidad de proteger a nuestra juventud en el mundo digital.
En última instancia, proteger a nuestra juventud en el mundo digital y físico debe ser un esfuerzo conjunto que requiere la colaboración de padres, madres, educadores, autoridades y empresas tecnológicas.
El grooming es un problema que no puede ser subestimado ni ignorado, es un respetuoso llamado a la acción para salvaguardar el futuro de nuestra sociedad digital.
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