Margaret More Roper, hija de Sir Thomas More, encarna el ideal renacentista de la mujer intelectual en una época en la que pocas tenían acceso al conocimiento. Educada por su padre en disciplinas como latín, griego, filosofía y teología, Margaret no solo destacó por su aprendizaje, sino también por su valentía y devoción familiar.
En una sociedad donde las mujeres eran relegadas al ámbito doméstico, Margaret rompió moldes. Su relación epistolar con Desiderius Erasmus refleja su lugar en el círculo de intelectuales de la época. Erasmus no escatimó elogios hacia ella, calificándola como "la flor de las mujeres eruditas de Inglaterra". Pero su legado no se limita a la academia.
Una mañana temprano de agosto de 1535, una dama de veintinueve años y su doncella subieron a bordo de un chalana y remaron tres millas a lo largo del río Támesis hasta el Puente de Londres. Pagaron a los remeros y subieron los escalones desde el río, caminando hasta llegar a la torre norte, antes del puente levadizo. Al mirar hacia arriba, habrían visto la docena o más de cráneos en postes que sobresalían de una cornisa del parapeto, sancochados y cubiertos con alquitrán para evitar que las gaviotas, que volaban en círculos y chillaban, los devoraran.
La puerta del puente se abrió para dejar pasar a las mujeres. Tras una breve conversación, la criada abrió el monedero y les entregó algunas monedas. A cambio recibió una calavera, que envolvió delicadamente en un lienzo antes de depositarla en la cesta.
La dama era Margaret Roper, su doncella era Dorothy Colley, y la cabeza que habían recuperado subrepticiamente era la de Sir Thomas More, el padre de Margaret, ejecutado poco más de cuatro semanas antes.
El momento que definió su vida fue la ejecución de su padre en 1535, por negarse a aceptar a Enrique VIII como cabeza de la Iglesia de Inglaterra. Margaret desafió las normas al recuperar la cabeza de su padre del puente de Londres, donde había sido exhibida como advertencia. Este acto, que simboliza la resistencia y el amor filial, es recordado como un emblema de fortaleza frente a la injusticia.
Thomas More se había opuesto al matrimonio de Enrique VIII con Ana Bolena, fue arrestado por traición, durante el interrogatorio no pronunció una sola palabra. Luego fue ejecutado. Sin embargo, la historia de su hija Margaret ha sido casi olvidada. Fue borrada de la historia, a pesar de que desempeñó un papel trascendental en ese drama.
Mientras estuvo encarcelado, Margaret se convirtió en su única intermediaria con el mundo exterior. Lo visitaba con frecuencia y pronto generaron una relación epistolar, cartas incendiarias que, al paso del tiempo nos permite contemplar un nuevo y dramático retrato de Sir Thomas More.
Margaret vivió en una sociedad patriarcal, donde los estereotipos de género exigían que las mujeres fueran "castas, silenciosas y obedientes". Además de contradecir de forma sorprendente ese estereotipo al escribir y publicar un libro, un paso en sí mismo tan dramático e incendiario en su época como todo lo dicho por su padre en Utopía, sus intervenciones posteriores en favor de su padre fueron consideradas con razón una amenaza por hombres como Thomas Cromwell, plenamente consciente del peligro que corría Enrique VIII si alguna vez se le permitía decir toda la verdad.
Margaret nació en 1505, hija de Thomas y su esposa Joanna. Tuvieron cuatro hijos: Margaret, Elizabeth, Cecyl y John. Poco despúes del nacimiento de John, la madre murió, dejando un padre soltero y con cuatro niños muy pequeños. Por eso, se casó muy pronto, ahora con Alice Middleton, una viuda adinerada y con derecho a casarse. La familia logró integrarse y poco después la carrera de Thomas comenzó a despegar. El padre se interesó por la educación de sus hijos y de sus hijas. Margaret destacó en los idiomas y la traducción, tanto, que en 1524, con tan sólo 19 años, tradujo y publicó la Precatio Dominica de Erasmo. Se trata de un estudio del Padrenuestro y de cómo un buen cristiano podía aprender de él. El Devoto tratado sobre el Padrenuestro de Margaret fue la primera traducción de este tipo, impresa en inglés y distribuida a toda Inglaterra y Europa.
Si bien su nombre no aparecía explícitamente en él, los detalles utilizados dejaban en claro a cualquiera que conociera la reputación de Margaret, que se trataba de una obra suya. La portada decía: “Un dovoto tratado sobre el Paternóster escrito por primera vez en latín por el famosísimo doctor Erasmus Roterodamus y traducido al inglés por una joven caballerosa, virtuosa y erudita, de diecinueve años de edad”.
La reputación de Margarita creció aún más. Ella y sus hermanas fueron invitadas a la corte para hablar de sus conocimientos de los clásicos con el rey, como una oportunidad para que él viera de lo que eran capaces las mujeres si recibían esa educación. ¡Esto era algo que nunca había sucedido antes! Hasta ese momento, las mujeres ni siquiera habían sido consideradas capaces de recibir esa educación, y ahora Thomas y el ejemplo de sus hijas estaban inspirando a familias de toda Inglaterra a educar a sus hijas de una manera similar, y esto incluía al rey y a la reina con su hija, la princesa Mary.
La cabeza de Thomas no fue lo único que Margaret conservó. Tras su muerte, recopiló sus escritos, cartas y otros documentos que le habían pertenecido, con el fin de preservar su legado y mantener viva su memoria a través de su obra. Estos documentos forman la base de las fuentes utilizadas por su marido William para escribir su Vida de Sir Thomas More , que a su vez inspiró a William Shakespeare, Thomas Stapleton, Cresacre More (que era el bisnieto de Thomas) y otros que siguieron y escribieron sobre la vida del estadista y futuro santo. Tal vez debería reconocerse que sin el trabajo de Margaret para preservar la obra de su padre, todos los eruditos y escritores que vinieron después no habrían tenido la riqueza de fuentes a las que recurrir que tuvieron y aún tienen.
Margaret también dejó un legado literario significativo. Sus traducciones y escritos, aunque menos conocidos que los de su padre, son testimonio de su profunda formación intelectual y de su capacidad para reflexionar sobre los dilemas éticos de su tiempo.
Fallecida en 1544 a los 39 años, Margaret More Roper es una figura inspiradora. Su vida nos recuerda que incluso en las épocas más restrictivas, las mujeres han encontrado formas de reclamar su espacio en la historia, con valentía, intelecto y amor por la verdad.
Hoy, Margaret sigue siendo un ejemplo de cómo el conocimiento y el coraje pueden trascender las barreras sociales, dejando un legado que resuena siglos después. Su historia nos invita a reflexionar sobre el papel de las mujeres en la construcción del pensamiento humanista y en la defensa de los principios fundamentales de la humanidad.
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