/ domingo 13 de octubre de 2024

Paradigmas / Un Nobel con sabor a dolor

Estar frente a las prendas, enseres, y ante todo fotografías de los restos humanos de aquella mañana del 6 de agosto de 1945, es estremecedor, impactante, para dejar en el recuerdo. Ser testigo, aún en el pasado, remueve sentimientos de dolor. Por ello al estar ante el Museo Conmemorativo de la Paz en Hiroshima, no siempre te lleva a dar un paso al frente, Hay quienes de los cientos de turistas que ahí nos reunimos, algunos, deciden dar marcha atrás.

Al llegar a la ciudad de Hiroshima, por varios días en julio pasado, me aprisiona súbitamente un dejo de nostalgia, melancolía, aunque la moderna e innovadora ciudad en medio de rascacielos, donde un poco más del millón de habitantes se mueve ágilmente demostrando al mundo de manera admirable, que se puede resurgir entre las cenizas, de las adversidades, a los infortunios de la vida.

A pesar de quienes piensan que este año no debiera entregarse el premio Nobel de la Paz –como es el caso de Dan Smith, director del Instituto Internacional de Investigación para la Paz, de Estocolmo- “por las guerras en Medio Oriente, conflictos que azotan Ucrania, Sudán, África occidental, Haití, Myanmar y otros lugares”; fue anunciado el ganador.

Las armas nucleares jamás deben usarse

Ante decenas de periodistas se abrieron las puertas de las oficinas del Comité nobel noruego en donde un integrante del parlamento comunicó que la agrupación japonesa Nihon Hidankyo fue la ganadora del Premio Nobel de la Paz 2024. El jurado destacó haber distinguido a esta Organización No Gubernamental (ONG) “por sus esfuerzos para lograr un mundo libre de armas nucleares y por demostrar mediante el testimonio de testigos que las armas nucleares no deben volver a utilizarse nunca”.

La ONG agremia a los hibakusha o sobrevivientes de las bombas atómicas, movimiento representativo de 174.080 personas, ahora residentes no solo en Japón, sino también en Corea y otras partes del mundo, con un promedio de 84 años de edad, que han tenido que superar las quemaduras, pérdida de cabello, sangrados, diarreas, cáncer o leucemia.

¿Pero, cuántas personas murieron a causa de los bombardeos que escenificó Estados Unidos el 6 y 9 de agosto de 1945? Se cuantifican que cinco meses después de los ataques unas 110.000 personas fallecieron en total entre ambas ciudades. Aunque otros estudios afirman, a finales de ese año, pudo ser más de 210.000.

Sobreviviente a dos bombas atómicas

Existen innumerables historias de los sobrevivientes, de los difíciles momentos transitados. Interesante resultó el caso del ingeniero de la empresa Mitsubishi, Tsutomu Yamaguchi, único hibakusha que subsistió a las dos bombas atómicas, hecho reconocido por las autoridades niponas hasta 2009, fecha en que fue indemnizado por el gobierno nipón.

Ya dentro del Museo en Hiroshima los turistas apreciamos el histórico acontecimiento a través de una animación del momento exacto de la caída de la bomba y los estragos causados sobre el centro de la ciudad, una zona repleta de edificios residenciales de madera y lugares de negocios. El impacto y tormenta de fuego en Hiroshima destruyó 13 kilómetros cuadrados. Lo único que subsistió fue la Cúpula de Genbaku, una sala de exposiciones. En 1996, la estructura se convirtió en Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.

Hoy el Nobel de la Paz, para quienes aún viven los estragos de la guerra, en una atmósfera de discriminación en su propia tierra, por parte del ambiente atemorizante a los efectos de la radiación. A quienes rememoran el acontecimiento a cada amanecer ante las cicatrices queloides, enfermedades, miedo, sentimiento de culpa, daño psicológico y emocional. A quienes hasta el último momento de sus vidas estarán marcados como hibakusha.

lupitarico@hotmail.com