Los tampiqueños compartimos territorio con un grupo de cocodrilos a los que hemos apodado con cariño como "juanchos". A todos los que hemos visitado la Laguna del Carpintero estos animales nos han asombrado. Son imponentes y majestuosos. Cada vez son más, al punto que han empezado, incluso, a transitar por las calles de nuestra ciudad.

En los últimos meses, además, los ‘juanchos’ han sido el centro de discusiones respecto al lugar que ocupan en nuestra comunidad y qué hacer con ellos. Es cierto que ha habido accidentes trágicos, que nos han hecho dudar si podemos convivir con ellos en armonía.

Sin embargo, vemos en otros lados del mundo cómo esta convivencia se da sin mayor contratiempo, una vez implementadas las estrategias para que las personas puedan estar seguras y, al mismo tiempo, para proteger a los animales y su hábitat.

De acuerdo con el censo más reciente de S.O.S. Cocodrilo, en la Laguna del Carpintero hay cerca de 80 saurios que forman parte de nuestro patrimonio natural. Es nuestra responsabilidad respetarlos y cuidarlos. Pero su preservación también representa una oportunidad para nuestra ciudad.

Hace unas semanas tuve la oportunidad de visitar la ciudad de Luisiana, al sur de Estados Unidos. En esta zona hay varias ciudades que tienen una relación estrecha con los lagartos de los pantanos que les rodean, como nosotros la tenemos con los ‘juanchos’. Florida, Alabama, Luisiana y Mississippi son algunos de los estados que han aprovechado su fauna para generar un turismo que gira precisamente en torno a los lagartos.

A partir de su ecosistema, estos estados han creado mercadotecnia, tours, productos y souvenirs que atraen a miles de turistas y generan empleos, y recursos para sus habitantes. Además de que contribuyen a la conservación de los animales y sus hábitats.

Las estrategias de turismo y preservación que hay en Estados Unidos son un ejemplo del aprovechamiento que podríamos hacer aquí en Tampico. Hay muchas propuestas que podríamos implementar para sacarle provecho a nuestro patrimonio natural en balance con la ecología.

Para ello, sería necesario considerar todas las posibilidades que estos animales representan para nuestra ciudad. Desde luego, habría que trabajar de la mano con los expertos en los cocodrilos, su hábitat y su relación con los seres humanos. Es importante que todas las propuestas sean amigables con los animales y, sobre todo, que la seguridad de las y los tampiqueños, y de todas las personas, sea siempre la prioridad.

La implementación de estas medidas y estrategias podría traer muchos beneficios a Tampico. Por un parte, representaría una importante derrama económica del sector turismo. Esta inversión generará recursos y empleos que favorecerán a todas y todos los tampiqueños.

Por otra, podríamos seguir conviviendo con estos magníficos animales que han estado aquí desde mucho antes que nosotros y podríamos contribuir a su cuidado y su supervivencia. Sobre todo, estas propuestas nos permitirían convivir con nuestros ‘juanchos’ en seguridad y armonía.

Los cocodrilos son parte de nuestra identidad y es nuestra responsabilidad protegerlos. Pero también podemos aprovechar que sean nuestros aliados para construir un Tampico más próspero.