Hace unos días mi camino se cruzó con Nacho, un apicultor de la zona con 50 años dedicados a esta noble actividad, poder visitarlo y conocer su labor amplió mi perspectiva en la forma de apreciar el trabajo en las colmenas; y pareciera coincidencia, pero nuestro encuentro concordó con la conmemoración por el Día Mundial de las Abejas y es por eso que aprovecho la oportunidad de recordar la trascendencia que tienen estos pequeños amigos para el funcionamiento de la vida en nuestro planeta.
La importancia de las abejas toma parte en el papel que juegan como polinizadores, ayudando en la reproducción de cientos de especies vegetales siendo su contribución imprescindible para la generación de los cultivos que nos proveen alimento. Referente a esto, en últimos años hemos escuchado la preocupación de los especialistas por la baja en las poblaciones a nivel mundial, y es necesario decir que la desaparición de estos animales se traduciría en una crisis global por falta de alimentos.
El más popular entre estos insectos es conocido como la Abeja Europea, una especie que fue introducida en nuestro país para domesticarse con fines económicos, siendo su aprovechamiento indispensable para la generación de miel, cera, polen, jalea real y algunos otros productos comerciables; sin embargo, debido al valor social y económico que representa esta especie en particular, se han ignorado las otras 1 804 especies existentes de abejas silvestres y que a pesar de no tener los reflectores encima, son determinantes para el entorno; es por esto que el incremento del cambio climático, asimismo el constante uso de plaguicidas y pesticidas, han provocado que la mayoría de estas especies se encuentren consideradas en estatus de amenazadas o en peligro de extinción.
En las últimas semanas, las abejas han dado noticias de que hablar y es que cuando el 2020 no podía tornarse más extraño, la aparición de una nueva especie en nuestro continente conocida como el avispón gigante asiático y apodado por los investigadores como el “avispón asesino”, amenaza por competir con las poblaciones de abejas nativas que ya bastante luchan por sobrevivir. Y aunque el avistamiento de esta especie en regiones de Estados Unidos y Canadá es una realidad, sería difícil asegurar que esta especie pudiera desplazarse hasta nuestro país.
Es necesario no caer en falsas alarmas, lo mejor que podemos hacer para ayudar es informarnos y tomar decisiones de manera consciente, y a decir verdad me preocupa que debido al pánico que han generado en redes, la población extermine cualquier enjambre que pudiera llegar a encontrarse, afectando a las especies nativas.
Por otra parte, la apicultura mantiene un papel importante en la conservación, por ende, apoyar el comercio de productos derivados de las abejas constituye un apoyo que el sector pecuario en México y las personas como Nacho, necesitan para que esto siga funcionando ante el decremento de estímulos fiscales.
Antes de terminar, puntualizo lo importante que es aprender a convivir con los pequeños amigos polinizadores, sobre todo en esta temporada que, derivado a la llegada del calor buscarán nuevos espacios para hacer colmenas, por lo que respetar sus espacios de trabajo garantiza que las abejas sigan manteniendo una armonía en nuestro ecosistema.